Belén 6 (Basado en “Vida y misterio de Jesús de Nazaret I – José Luis Martin Descalzo)
“Ninguna luz vieron los habitantes que dormían en Belén, ningún prodigio innecesario acompañó al soberano prodigio de un Dios entre nosotros.”
“La misma María no pudo entenderlo plenamente hasta después de la resurrección […] Era Dios, era Dios en persona, un Dios hecho asequible, digerible […] un dios a la medida de nuestras inteligencias.”
“Porque era hombre, hombre verdadero. Los hombres […] se habían imaginado al Mesías anunciado de todos modos menos en forma de bebé. “
“Descubríamos al fin, visiblemente, que ¡no estamos solos! El cielo impenetrable se abría y nos mostraba que no era tan solemne como en nuestro aburrimiento le habíamos imaginado. Dios era amor. Siéndolo ¿Cómo no entender que viniera en forma de bebé?”
“Pero el Dios verdadero es este bebé inerme, envuelto en los más humildes pañales, nacido en la más total pobreza.” Más parecido a los miles de niños pobres que nacen a diario en nuestro planeta.
“Era Dios, era «nuestro» Dios, el único que como hombres podríamos aceptar. El único que no nos humillaba con su grandeza, sino que nos hacía grande con su pequeñez (Ortega y Gasset lo formuló muy bien: Si Dios se ha hecho hombre, ser hombre es la cosa más grande que se puede ser). Era, sobre todo, el único Dios a quien los hombres podíamos amar […] Y he aquí que ahora se ponía a nuestra altura y podíamos rodearle como María lo está haciendo ahora con su abrazo.”
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