¿Quién es ese Jesús que vino y que volverá? -3
)La Nueva Biblia Latinoamericana – Edición XLV)
1Juan 4, 7-21
7Queridos, amémonos los unos a los otros, porque el amor viene de Dios, todo el que ama es nacido de Dios
y conoce a Dios.
8 El que no ama no ha conocido a Dios, pues Dios es amor.
9 Envió Dios a Su Hijo único a este mundo para darnos la vida por medio de El. Así se manifestó el amor de Dios entre nosotros.
10 En esto consiste el amor: no somos nosotros los que hemos amado a Dios, sino que El nos amó primero y envió a Su Hijo como víctima por nuestros pecados; en esto está el amor.
11 Queridos, si tal fue el amor de Dios, también nosotros debemos amarnos mutuamente.
12 Nadie nunca vio a Dios. Pero si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y Su amor se dilata libremente entre nosotros.
13 Dios nos ha comunicado Su Espíritu. Con esto comprobamos que permanecemos en Dios y El en nosotros.
14 Nosotros mismos hemos visto y declaramos que el Padre envió al Hijo para salvar al mundo.
15 Si alguien reconoce que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él y él en Dios.
16 Nosotros hemos encontrado el amor que Dios nos tiene y hemos creído en su amor. Dios es amor, y el que permanece en amor. en Dios permanece y Dios en él.
17 Cuando tenemos el amor perfecto, nos sentimos seguros para el día del juicio, ya que andamos en
este mundo semejantes a él en todo.
18 En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; mientras uno teme no conoce el amor perfecto pues el temor mira el castigo.
19 Entonces amémonos nosotros ya que Él nos amó primero.
20 El que dice: Yo amo a Dios, pero odia a su hermano, ¿Cómo puede
amar a Dios a quien no ve sino ama a su hermano, a quien ve?
21 El mismo nos ordenó: El que ame a Dios, ame también a su hermano.
1 Juan 5,1-12
1Si alguien cree que Jesús es el Enviado, ese ha nacido de Dios. Y el que ama al Padre, ama también a todos los hijos de ese Padre.
2 Cuando amamos a Dios y cumplimos Sus mandamientos, tenemos la certeza de que amamos a los hijos de Dios.
3 En realidad Sus mandamientos no son difíciles.
4 Porque todo hijo nacido de Dios vence al mundo. Y la victoria por la que vencimos al mundo es nuestra fe.
5 ¿quién ha vencido al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?
6 Tanto el agua como la sangre lo han señalado: Jesucristo. No solo el agua sino el agua con la sangre. Y también lo señala el Espíritu por ser el Espíritu de la verdad.
7 Son tres, entonces, los que señalan a Jesucristo:
8 el Espíritu, el agua, y la sangre, y estos tres están de acuerdo.
9 Si aceptamos el testimonio de los hombres, con mayor razón aceptemos el de Dios; y tenemos un testimonio de Dios: lo que ha declarado a favor de Su Hijo.
10 Si alguien cree en el Hijo de Dios, en el permanece viva la declaración de Dios. En cambio, quien no le crea Dios lo tiene por mentiroso ya que no cree cuando Dios habla a favor de su Hijo.
11 . Esta es la declaración de Dios, que nos ha dado la vida eterna la cual está en su Hijo.
12 El que tiene al Hijo tiene la vida, y el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida.
Reflexión
Como Juan nos dice en su Primera Carta, Dios envía a su Hijo para salvarnos del pecado y darnos vida eterna. Este es el Jesús que vino y que engendrado en el vientre de María nace en un humilde pesebre. De esta manera mostró Dios el amor que nos tenia como creaturas suyas, porque Dios es Amor y Su palabra y su Ley, revelada por su Hijo son amor. Por eso, El nos llama a vivir en el amor de unos por otros para que podamos vencer la maldad del mundo.
Que nuestros regalos de esta Navidad sean verdaderos frutos del amor que le tenemos a nuestros familiares, amigos y a los que menos tienen: Los pobres del mundo, los preferidos del Señor.
Comparte tu amor en este tiempo de gracia con todos ellos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario