viernes, 23 de diciembre de 2022

#1752 - Belén

 Belén, el comienzo de la gran historia

(Basado en “Vida y misterio de Jesús de Nazaret I – José Luis Martin Descalzo)

 

Cuando una vez más volvemos a celebrar la conmemoración del nacimiento de Jesús, otra vez nos damos cuenta de que “hemos convertido la Navidad en una fiesta de confitería”. Jolgorio, cohetes, música estridente, luces y adornos de toda clase. Incluso la celebración, cada año se adelanta, se adelanta mas en el tiempo. Y no empecé a que esta es una celebración de origen fundamentalmente cristiano, incluso los cristianos hemos caído en desviaciones que la sociedad, principalmente el comercio, ha inventado, tomando como referente este acontecimiento histórico-religioso ocurrido hace más de dos mil años.

El signo central y más común de la Navidad es sin duda el llamado “pesebre’” o “Belén”, donde están representados los personajes que, según la tradición cristiana vivieron ese momento: María, José, Jesús y los pastores cercanos a donde todo ocurrió. 

Luego de que los ángeles le anunciaran a María y José que serían madre y padre de un niño que se llamaría Dios con nosotros, según nos lo narra el evangelista Lucas, “todo volvió a la rutina […] no hubo apariciones ni milagros en los meses siguientes […] José y María daban vueltas en sus cabezas a aquellos mensajes[…] Y era claro lo que era claro: que aquella criatura que empezaba a patalear en el seno de María era nada menos que el esperado de las naciones” según los antiguos profetas lo habían revelado al pueblo de Israel. “Pero nada sabían de cómo vendría, de como sería, de porque los habían elegido a ellos, de que tendrían que hacer cuando viniese”. Aún hoy no sabemos si aquel niño era como lo representan en casi todos los pesebres del mundo: “«el dulce niño de rubios cabellos rizados»” que vemos por ahí.    

“Quizá Zacarias había intentado explicárselo a María durante los meses que pasó en Ain Karim” en su casa con Isabel […] Los sábados, en la sinagoga, beberían las palabras de los escribas y todas les parecerían referirse a su Hijo. ¡Pero cuántos misterios quedaban en la sombra…!”

“Lo que si resultaba indudable era el peso creciente de aquel niño en su seno. Y también aquella misteriosa alegría que les invadía a los dos como un sol de primavera”, semejante a lo que sienten aún hoy las parejas que esperan con alegre emoción la llegada de su hijo o hija.  

“Sin embargo […], ¿No estaba profetizado que el Mesías vendría rodeado de majestad? Poca majestad traería si llegaba a nacer en su casa. Tal vez un día vendrían los sacerdotes – celestemente iluminados – para llevar a María al Templo… Tal vez los ángeles llenarían el país de luminosos anuncios…” Como están llenas las casas y los comercios hoy día. 

“Pero el tiempo pasaba y nada ocurría. El seno de María iba abombándose, sin que nada extraordinario sucediese. Las vecinas sonreían al verla pasar, pero como si lo hubieran hecho ante otra madre cualquiera. No se arrodillaban las gentes a su paso […] María y José comenzaron a preparar la casa y la cuna, convencidos de que ellos, y no los ángeles, cuidarían al recién nacido. ¡Dios era extraño, si!”

Muchas veces, también nosotros esperamos cosas extraordinarias de parte de Dios y no entendemos porque no llegan.

No hay comentarios.: