martes, 20 de diciembre de 2022

#1749 - ¿quién es ese Jesús que vino?-8

 ¿Quién es ese Jesús que vino y que volverá? - 8

(Nueva Biblia Latinoamericana Edición XLV

 1 Corintios 12,1-31

 1 Respecto a los dones espirituales, les recordaré lo siguiente:

2  Cuando todavía eran paganos, e iban a sus ídolos mudos, ustedes perdían el control de sí mismos.

3 Pero les digo que no es así con el Espíritu de Dios; ningún inspirado puede decir: "Maldito sea Jesús y tampoco nadie puede decir: "Jesús es el Señor," sino guiado por el Espíritu Santo.

4 Hay diferentes dones espirituales, pero el Espíritu es el mismo. 

5Hay diversos ministerios, pero el Señor es el mismo. 

6 Hay diversidad en la manera de obrar, pero es el mismo Dios quien obra todo en todos.

 7 En cada uno el Espíritu Santo no revela su presencia, dándole algo que es para bien de todos. 

8 A uno se le da hablar palabra con la sabiduría del Espíritu; a otro enseñar cosas profundas que vienen del mismo Espíritu; 

9 A otro, se la da en el mismo Espíritu la fe; a otro se le comunica el don para hacer curaciones, 

10 A otro el don de hacer milagros; a otro el don de la profecía; a otro, el Espíritu le concede el distinguir lo que viene del bueno o del mal espíritu; a otro, el don de lenguas, y a otro, la capacidad para explicar lo que se dijo en estas lenguas. 

11 Y todo esto es obra del mismo y único Espíritu, el cual reparte a cada uno según quiere.

12 Del mismo modo que el cuerpo es uno, y tiene muchas partes, y todas las partes del cuerpo, aun siendo muchas, forman un solo cuerpo, así también es Cristo. 

13Todos nosotros ya seamos Judíos o Griegos, esclavos o libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu. Y a todos se nos ha dado a beber del único Espíritu.

14 El cuerpo no se compone de una sola parte, sino de muchas. 

15Por eso, aunque el pie diga: "Yo no soy mano, por eso no soy del cuerpo," no por eso deja de ser del cuerpo. 

16 Asimismo, aunque la oreja diga: "Ya que no soy ojo, no soy del cuerpo," no por eso deja de ser del cuerpo. 

17Si todo el cuerpo fuera ojo, ¿Cómo podríamos oír? Si todo el cuerpo fuera oído, ¿Cómo podríamos oler? 

18 Pero Dios ha puesto cada parte del cuerpo como ha querido. 

19 Si todos fueran la misma parte, ¿Dónde estaría el cuerpo? 

20 Pero hay muchos partes y un solo cuerpo. 

21 El ojo no puede decir a la mano: "No te necesito;" ni tampoco la cabeza puede decir a los pies: "No los necesito." 

22 Mas aun, miren como las partes del cuerpo más débiles, son las más necesarias; 

23 Y las partes que menos estimamos las vestimos con más cuidado. Y las menos presentables, las tratamos con más modestia. 

24 lo que no se necesita con las otras que son más decorosas. Dios dispuso el cuerpo, dando más honor al que le faltaba. 

25 Para que no haya divisiones dentro del cuerpo, sino más bien cada uno de los miembros se preocupe de los demás.

26 Cuando uno sufre, todos los demás sufren con él; y cuando recibe es honor, todos se alegran con él.

27 Ustedes son el cuerpo de Cristo, y cada uno en particular es parte de él.

28 Así pues, Dios ha establecido en su Iglesia, en primer lugar, los apóstoles; en segundo lugar, los profetas; en tercer lugar, los maestros; Después viene el don de hacer milagros; después el don de curación, la asistencia material, la administración en la Iglesia, y el don de lenguas. 

29¿Acaso son todos apóstoles? ¿son todos profetas? ¿son todos maestros? ¿Pueden todos obrar milagros? 

30¿O curar a los enfermos? ¿O hablar en lenguas? ¿O explicar lo que se dice en lenguas? 

31 Ustedes, sin embargo, aspiren a los dones más preciosos. Y todavía les voy a mostrar un camino mucho mejor.

 Reflexión

 Ese Cristo que vino y que es cabeza de Su Iglesia, nos hizo miembros que forman su Cuerpo. Y a cada uno regalo dones particulares para usarlos en bien de todo el Cuerpo, es decir, de cada uno de sus miembros. Pues un miembro sufre, todo el cuerpo sufre.

Para que este proyecto de Dios realizado en Cristo se manifieste en toda su plenitud, el mayor don que nos ha regalado Dios es el Amor. Por eso nos seguirá diciendo a continuación Pablo en el capitulo 13 de esta misma Carta que al final de los tiempos la Fe y la Esperanza terminarán más el Amor permanecerá para siempre, Ese es el Camino que Cristo nos ha mostrado con su venida.

Por esto, al conmemorar su nacimiento, nadie debe quedar huérfano de amor. Este es el mejor y más grande regalo que debemos dar a todos esta Navidad. Busca pues, a los más necesitados de amor y realiza con él un gesto de amor en estos días, ya sea el alimentarle, vestirle, cuidarle, visitarle, abrazarle, reconocerle, aceptarle…

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