martes, 13 de diciembre de 2022

#1743 - ¿Quién es ese Jesús que vino?

 ¿Quién es ese Jesús que vino y que volverá?

Prólogo del Evangelio según San Juan (La Nueva Biblia Latinoamericana – Edición XLV)

1 Al principio era el Verbo (la Palabra), y frente a Dios era el Verbo y el Verbo era Dios.

2 Él estaba frente a Dios al principio.

3 Por él se hizo todo, y nada se hizo sin él.

4 Lo que por él se hizo era vida. La vida es luz para los hombres.

5 La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no pudieron vencer la luz.

6 Vino un hombre de parte de Dios, este se llamaba Juan.

7 Vino para dar testimonio, vino como testigo de la luz.

8 para que por él todos creyeran. No era él la luz, pero venia como testigo de la luz.

9 Porque la luz llegaba al mundo. la luz verdadera, que ilumina a todo hombre.

10 Ya estaba en el mundo. Y por él se hizo el mundo, este mundo que no lo conoció.

11 Vino a su propia casa y los suyos no lo recibieron;

12 pero a todos los que lo recibieron les concedió ser hijos de Dios. Estos son los que creen en su Nombre 

13 Pues aquí se nace sin unión física ni deseo carnal, ni querer de hombre, Estos han nacido de Dios.

14 Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros. Hemos visto su Gloria: la que corresponde al Hijo único cuando su Padre lo glorifica. En el estaba la plenitud del Amor y la Fidelidad.

15 Juan le dio testimonio pues proclamó: «Es este del que les decía: El viene después de mí, pero ya está delante de mí porque era antes que yo.»

16 Esa plenitud suya es de la que todos recibimos en una sucesión de gracias y favores.

17 Dios nos había dado la Ley, por medio de Moisés, pero por Cristo Jesús, llegó el Amor y la Fidelidad

18 A Dios nadie lo ha visto jamás; el Hijo único, que está en el seno del Padre es el que lo dió a conocer.

 Salmo 107,20

Mando su palabra para sanarlos y sacarlos de su ruina.


 Reflexión:

Jesús es el Verbo que se hizo carne y habitó entre su pueblo. Vino a los suyos y muchos de estos no lo reconocieron. Pero a los que creyeron en ÉL y le recibieron, les concedió por el agua y el fuego ser hijos de Dios. Y como hijos, coherederos de Su Reino.

Él es el que nos dió a conocer a Su Padre, nuestro Padre.

El regalo más grande que la humanidad entera ha recibido y que los cristianos celebramos cada Navidad es, este Dios que se nos dió hasta morir por cada uno de nosotros, para limpiarnos del pecado y darnos su Vida. Por eso hay que celebrarlo con plena conciencia de que somos hijos de Dios gracias a Él y más allá de la algarabía del mundo, que celebra sin saber lo que celebra. La Iglesia, Madre y Maestra, nos prepara durante cada Adviento para esta celebración. En Puerto Rico comenzamos el anticipo de la Navidad con el inicio en la madrugada del día 16 de diciembre, de las tradicionales Misas de Aguinaldo, día en que se recuerda La Expectación del Parto de la Bienaventurada Virgen María.  

¿Estas preparado para celebrar la Navidad como Dios manda? 

Si aun no te has preparado, aprovecha lo que queda del Adviento y prepárate.


William Quintana Nieves – Laico en formación permanente

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