Así como las aves trabajan duro, con mucho esfuerzo, dedicación, paciencia e insistentemente en construir sus nidos, de donde brotará una nueva vida, así nosotros debemos preparar nuestro corazón para recibir al Espíritu Santo que hará brotar vida nueva en Cristo Jesús.
No nos cansemos nunca de preparar nuestro nido.
Pidamos al Espíritu Santo que nos dé sus dones y el discernimiento para hacerlo firme y duradero.
William Quintana Nieves laico en formación permanente
No hay comentarios.:
Publicar un comentario