Tres Magos de Oriente
Basado en “Vida y misterio de la vida de Jesús – Los comienzos”
José Luis Martin Descalzo
“El episodio de los magos lo cuenta únicamente san Mateo […] hay dos razones que explican por qué Mateo se detiene en esta escena: la primera es su interés en subrayar la ascendencia davídica de Jesús que le lleva a poner el acento en los acontecimientos protagonizados por José y referidos a Belén. Y otra más honda: el Evangelio de Mateo – escrito directamente para los paganos que en aquel momento se convertían en Siria – tiene un interés especial en resaltar la infidelidad de los judíos y la conversión de los gentiles como algo que encajaba perfectamente en los misteriosos designios de Dios, manifestados ya en esta escena en que Jerusalén ignora, rechaza, e incluso persigue al pequeño, mientras lo adoran unos magos venidos de lejanas tierras.”
“[…] ¿de dónde procedían exactamente? ¿Quiénes y cuántos eran? ¿Qué camino habían seguido? ¿Cuánto tardaron en él? ¿A que venían exactamente/ ¿Eran o no judíos?”
“Algo podría orientarnos la palabra «magos» […] No era palabra de origen semítico, sino ario […] significaría simplemente «grande», «ilustre», sin nada que ver con el concepto moderno de magia. . Primitivamente encontramos a los magos formando, en Media y Persia, una casta sacerdotal muy respetada, que se ocupaba de las ciencias naturales, la medicina, la astrología, al mismo tiempo que del culto religioso. Originariamente aparecen como discípulos de Zarathushtra (Zoroastro) […] En tiempos de Cristo entre los magos de Persia, como señala Ricciotti, estaba difundido el conocimiento de la esperanza judía de un Rey-Mesías y es verosímil que esta esperanza extranjera fuera identificada con la esperanza persa de un «sashyant» o «socorredor» y que algunos de entre los persas se interesaran, de un modo o de otro, por la aparición de ese gran personaje”.
“[…] Los padres más antiguos – san Clemente, san Justino, Tertuliano – les hacen provenir de Arabia, basándose en que el incienso y la mirra eran productos arábigos […] Orígenes les hace venir de Caldea…”.
“Lo que evidentemente carece de toda base seria es la idea de que fueran reyes. Ni el evangelio le atribuye esta categoría, ni Herodes les trata como tales. El que la tradición cristiana comenzara tan pronto a presentarles con atributos reales hay que verlo como una transposición de las palabras del salmo 71: los reyes de Tarsis y de las Islas ofrecerán dones: los reyes de Arabia y de Saba le traerán presentes y, aún más claramente, del conocido pasaje en que Isaías habla de que todos los de Saba vendrían trayendo oro e incienso (Is 60,6)””.
“Orígenes es el primero que habla de tres, basándose sin duda, en que fueron tres los presentes ofrecidos al Niño”.
“ ¿Cómo se llamaban? De nuevo el silencio del evangelista. Silencio que ningún escritor occidental rompe hasta el siglo VII en el que, como muestra un manuscrito que se conserva en la Biblioteca nacional de París, se les llama Bithisarea, Melchior y Gathaspa. En el siglo IX se les dan los nombres hoy usuales de Melchor, Gaspar y Baltasar y en el siglo XII san Beda recoge estos nombres y hasta nos da un retrato literario de los tres personajes: El primero fue Melchor, viejo, cano, de barba y cabellos largos y grises. El segundo tenía por nombre Gaspar y era joven, imberbe y rubio. El tercero negro, y totalmente barbado, se llamaba Baltasar”.
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