“Teología moral fundamental”
José Román Flecha Andrés
1994
Capitulo IX: El papel de la conciencia en el juicio moral
4.
Principios básicos de actuación
1.
«Norma operativa incondicional es tan
solo la conciencia recta y al mismo tiempo cierta».
El dictamen recto de conciencia es aquel que esta de
acuerdo con los valores objetivos y, en definitiva, humanizadores. Por eso es
obligatorio… no hace falta subrayar que nadie puede exigir al sujeto que actúe
en contra de un valor que no es objetivamente tal (rectitud) o sobre el que
mantiene algunas dudas insuperables (certeza).
2.
«Nunca es licito obrar contra la propia
conciencia indudablemente cierta, aun cuando fuera invenciblemente errónea.
La conciencia errónea no está conforme con el valor y el
deber objetivos y, por tanto, no puede obligar por si misma… La ignorancia
puede a veces ser imputable a la responsabilidad personal, a causa de las
pasiones o de falta de caridad o conversión, pero habrá muchas ocasiones en que
la ignorancia sea invencible y, por tanto, inculpable.
Sin embargo, es igualmente cierto, como ya proclamaban los
profetas, que un tercero podría estar obligado a ayudar al sujeto a salir de su
error en esos casos.
3.
«nunca es licito actuar con una duda
practica de conciencia o con una conciencia venciblemente errónea, sobre todo
cuando se trata de situaciones de una cierta gravedad».
Para actuar moralmente se requiere un juicio prácticamente
cierto de que la correspondiente acción es buena y licita.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario