El Papa Emérito, Benedicto XVI, en su Exhortación Apostólica Postsinodal, "Verbum Domini" (La Palabra del Señor), de 2010, nos adentra en este gran misterio de nuestra fe.
La Palabra
de Dios y la Iglesia
La Iglesia
acoge la Palabra
50. El Señor pronuncia su Palabra para que la reciban aquellos que
han sido creados precisamente «por medio» del Verbo mismo… El prólogo del cuarto
Evangelio nos sitúa… ante el rechazo a la Palabra divina por parte de los «suyos»
que «no la recibieron» (Jn 1, 11) … No recibirla quiere decir no escuchar su
voz, no configurarse con el Logos. En cambio, cuando el hombre, aunque sea
frágil y pecador, sale sinceramente al encuentro de Cristo, comienza una
transformación radical: «A cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos
de Dios» (Jn 1, 12). Recibir al Verbo quiere decir dejarse plasmar por El hasta
el punto de llegar a ser, por el poder del Espíritu Santo, configurados con
Cristo… (Jn 1, 14). Es el principio de una nueva creación, nace la criatura
nueva, un pueblo nuevo. Los que creen, los que viven la obediencia de la fe, «han
nacido de Dios» (cf. Jn 1,13), son participes de la vida divina…
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