Amoris
Laetitia 30
Disculpa
todo
112….Implica limitar el juicio, contener
la inclinación a lanzar una condena dura
e implacable: «No condenéis y no seréis condenado» (lc 6,37)…Detenerse a dañar
la imagen del otro es un modo de reforzar la propia, de descargar rencores y
envidias sin importar el daño que causemos.
113.
Los esposos que se
aman y se pertenecen, hablan bien el uno del otro, intentan mostrar el lado
bueno del cónyuge más allá de sus debilidades
y errores. En todo caso, guardan silencio par no dañar su imagen…Tampoco
es la ingenuidad de quien pretende no ver las dificultades y los puntos débiles
del otro…Recuerda que esos defectos son solo una parte, no son la totalidad del
ser del otro…el otro no es solo eso que a mí me molesta. Es mucho más que eso.
Por lo mismo, no le exijo que su amor sea perfecto para valorarlo. Me ama como es y cómo puede,
con sus límites, pero que su amor sea imperfecto no significa que sea falso o
que no sea real…Por eso, si le exijo demasiado, me lo hará saber de alguna manera,
ya que no podrá ni aceptará jugar el papel de un ser divino ni estar al
servicio de todas mis necesidades. El amor convive con la disculpa, y sabe
guardar silencio ante los límites del ser amado.
¿Haz lanzado alguna vez condenas
fuertes contra tu pareja?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario