Sanando
la envidia
95.…Significa que en el amor no hay
lugar para sentir malestar por el bien del otro (cf. Hch 7,9; 17,5)…El
verdadero amor valora los logros ajenos, no los siente como una amenaza, y se
libera del sabor amargo de la envidia. Acepta que cada uno tiene dones
diferentes y distintos caminos en la vida.
96.
En definitiva, se
trata de cumplir aquello que pedían los dos últimos mandamientos de la Ley de
Dios: «No codiciaras los bienes de tu prójimo. No codiciaras la mujer de tu
prójimo, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea
de él» (Ex 20,17).
¿Qué cosas, te han
hecho envidiar a otros?
¿Cómo interpretas
los mandamientos 9 y 10 relacionados a la envidia?
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