Amoris
Laetitia 28
Perdón
105.
Si permitimos que
un mal sentimiento penetre en nuestras entrañas, dejamos lugar a ese rencor que
se añeja en el corazón…Lo contrario es el perdón, un perdón que se fundamenta
en una actitud positiva, que intenta comprender la debilidad ajena y trata de
buscarle excusas a la otra persona, como Jesús cuando dijo: «Padre, perdónalos,
porque no saben lo que hacen» (Lc 23,34)…El problema es que a veces se le da a
todo la misma gravedad, con el riesgo de volverse crueles ante cualquier error
ajeno.
106.
Cuando hemos sido
ofendidos o desilusionados, el perdón es posible y deseable, pero nadie dice
que sea fácil.
107.
Hoy sabemos que
para poder perdonar necesitamos pasar por la experiencia liberadora de
comprendernos y perdonarnos a nosotros mismos. Tantas veces nuestros errores, o
la mirada crítica de las personas que amamos, nos han llevado a perder el
cariño hacia nosotros mismos. Eso hace que terminemos guardándonos de los otros, escapando del afecto,
llenándonos de temores en las relaciones interpersonales. Entonces, poder
culpar a otros se convierte en un falso
alivio. Hace falta orar con la propia historia, aceptarse a sí mismo, saber
convivir con las propias limitaciones, e incluso perdonarse, para poder tener
esa misma actitud con los demás.
¿Han podido
perdonarse para siempre algunas ofensas cometidas por uno o el otro?
¿Te sientes cómodo
con tu manera de ser?
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