No se si en otros países sucede lo mismo que aqui en Puerto Rico cuando se trata de convocar a las personas a las actividades parroquiales. !Que muchas excusas llueven! Que si me siento cansado, que si ya hice otro compromiso, que si la hora es muy tarde, que si esta lloviendo, que me aburre el que va a dirigir o a hablar, que no me gusta el tema. Póngale usted algunas más.
!Ay, si Jesús, o Pedro o Pablo hubiesen buscado excusas para dejar para después la obra a la cual fueron llamados!.
El demonio no necesita hacer mucho para detener o retrasar la obra del Reino de Dios. El sabe que aunque ya fue vencido por Cristo, nosotros, los que nos decimos cristianos, nos dejamos vencer frecuentemente por la vagancia, la falta de planificación en nuestras prioridades, el miedo al compromiso; en último término la falta de fe. Falta de fe, de estar convencidos que cuando el Senor nos llama a participar en las tareas de la comunidad eclesial, no nos pide más de lo que cada uno puede dar. Solo espera que seamos generosos y le demos de nuestro tiempo y esfuerzo, pues el solo cuenta con nosotros.
Jesús necesita obreros dispuestos, valientes, que no se rajen ante cualquier simple adversidad.
Y aunque sabemos que pueden suceder cosas que pueden impedirnos el cumplir con nuestros compromisos con Cristo, que sea porque hay una tarea más importante que nos llama a servirle de igual modo.
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