martes, 26 de mayo de 2020

#834 - Amoris Laetitia 17



71…. «…La familia es imagen de Dios, que […] es comunión de personas…Jesús, que reconcilio en si cada cosa y ha redimido al hombre del pecado, no solo volvió a llevar el matrimonio y la familia a su forma original, sino que también elevo el matrimonio a signo sacramental de su amor por la Iglesia (cf. Mt 19, 1-12; Mc 10, 1-12; Ef 5, 21-32). En la familia humana está representada la “imagen y semejanza” de la Santísima Trinidad (cf. 1,26), misterio del que brota todo amor verdadero. De Cristo, mediante la Iglesia, el matrimonio y la familia reciben la gracia necesaria para testimoniar el Evangelio del amor de Dios».

72. El sacramento del matrimonio no es una convención social, un rito vacío o el mero signo externo de un compromiso. El sacramento es un don para la santificación y la salvación de los esposos, porque «su reciproca pertenencia es representación real, mediante el signo del sacramento, de la misma relación de Cristo con la Iglesia…»El matrimonio es una vocación, en cuanto que es una respuesta al llamado especifico a vivir el amor conyugal como signo imperfecto del amor entre Cristo y la Iglesia. Por lo tanto, la decisión de casarse y de crear una familia debe ser fruto de un discernimiento vocacional.
73….Cristo mismo «mediante el sacramento del matrimonio, sale al encuentro de los esposo cristianos (cf. Gaudium et spes, 48). Permanece con ellos, les da fuerza de seguirle tomando su cruz, de levantarse después de sus caídas, de perdonarse mutuamente, de llevar las cargas de los otros»…Al unirse ellos en una sola carne, representan el desposorio del Hijo de Dios con la naturaleza humana. Por eso, «en las alegrías de su amor y de su vida familiar les da, ya aquí, un gusto anticipado del banquete de las bodas del Cordero».
74. La unión sexual, vivida de modo humano y santificada por el sacramento, es a su vez camino de crecimiento en la vida de la gracia para los esposos. Es el misterio nupcial. El  valor de la unión de los cuerpos esta expresado en las palabras del consentimiento, donde se aceptaron y se entregaron el uno al otro para compartir toda la vida. Esas palabras otorgan un significado a la sexualidad y la liberan de cualquier ambigüedad.

¿Cómo se han ido santificando el uno al otro durante sus años de matrimonio?

¿En qué ocasiones han sentido la permanencia de Cristo en su matrimonio?

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