El Señor ha resucitado
Reflexión sobre la muerte y la Resurrección en Cristo
I. Realidad de la muerte – la mayoría de los enfermos muere en hospitales, como si quisiéramos alejar la muerte de nuestra vista. Una vez muertos, se embardunan a los cadáveres para que sigan, de algún modo pareciendo vivos. (¡Qué bien quedó!) María Magdalena y las demás mujeres fueron precisamente a preparar el cuerpo de Jesús.
- Sin embargo, nunca la muerte estuvo más clavada en las entrañas de una civilización que en la nuestra. Todo parece oler a muerte. (Enfermedades, fenómenos naturales, guerras, violencia).
- Pero la muerte es aún más dolorosa por lo que interrumpe que por lo que es. Los discípulos de Emaus se sentían defraudados por no se habían cumplido las expectativas de que su Maestro resucitaría.
II. Esperanza – aquello que yo amé no puede haber muerto del todo. Puede haber muerto su cuerpo. Pero yo no le amé por su cuerpo. Aquello por lo que yo le quise no puede haber muerto, no puede morir.(Recuerdo de los mejores momentos que pasamos juntos, de sus gestos, de sus cosas)
- Decimos desear la vida eterna, pero en realidad aspiramos a continuar la actual, una segunda vida que nos imaginamos como simple prolongación de esta.
- Resucitar seria simplemente volver a la misma vida que tenía antes. (Lázaro)
III. Realidad de la resurrección en Cristo – No es regresar a la vida de antes, es entrar en la vida total. Penetrar en la eternidad, allí donde no hay tiempo.
- Jesús entra en esta nueva vida en cuerpo y alma, entero.
- Nosotros entraremos plenamente en ella después del Juicio Final.
- Cuanto sabemos de esto nos llega a través del testimonio de quienes creyeron en él. (Marcos 16, 1-8) (Juan 20, 1-10)
- Mas ni siquiera Juan había entendido la escritura antes de verla realizada.
- Testimonios pre-evangélicos demuestran, sin lugar a dudas, que para los primeros cristianos no había hecho más cierto que la resurrección de Jesús. (formula de San Pablo; 35-42 d.C; 1 Cor 15, 3-8)
- Muerte y resurrección se ponen a la misma altura, como dos partes de una misma aventura. (1 Tes 4, 14; 2 Cor 5,15)
- Cristo tiene que repetir sus apariciones, debe aportar pruebas, dejarse tocar, comer con ellos, para ser creído.
IV. Realidad actual – miles de cristianos dicen creer en la resurrección de Jesús, pero esto no ha tenido consecuencias en sus vidas. Muchos se quedan en los servicios de Viernes Santo.
- La afirmación de que Jesús ha resucitado sólo se hace plenamente verdadera cuando, después de afirmarlo, revoluciona mi vida personal.(3er día del Cursillo de Cristiandad)
- La resurrección es un hecho sobrenatural, que sólo comprenderemos plenamente cuando la historia haya concluido. Mientras, la última y profunda realidad del acontecimiento sólo puede aceptarse por la fe.
V. La resurrección como primicia – Jesús es el primogénito de los resucitados. Por tanto, su resurrección no termina en él. El realiza e inicia en su resurrección la humanidad nueva, porque sigue resucitando en cada hombre que, al incorporarse a esa resurrección, entra a formar parte de esa humanidad nueva que la muerte no vencerá.
Pascua significa vivir a partir de la resurrección.
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