Nos dice Isaías 11, 1-2 que "brotará un vástago sobre el cual se posará el Espíritu del Senor: espíritu de sensatez e inteligencia, espíritu de valor y de prudencia, espíritu conocimiento y respeto de Dios".
Es con el júbilo de ese mismo Espíritu que Jesús nos dice en Lucas 10, 22: "Todo me lo ha encomendado el Padre:nadie conoce quien es el Hijo, sino el Padre, y quien es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo decida revelarselo".
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