Marcos en su Evangelio (13, 33-37) al contarnos la parábola del dueño que se va y deja su casa a cargo de su criado nos dice que estemos atentos de manera "que al llegar de repente, no los sorprenda dormidos".
Esto podemos no solo mirarlo como en el final de los tiempos sino más bien estemos cuidando a cada miembro de la casa como si el Senor nunca se hubiese ido.
Marcos no narra la Ascensión de Jesús como los demás evangelistas porque para su comunidad Jesús nunca se ha ido. La misión de la comunidad es encontrar a Jesús resucitado en Galilea. Desde alli saldrán a predicar hasta los confines de la tierra.
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