El Papa Emérito, Benedicto XVI, en su Exhortación Apostólica Postsinodal, "Verbum Domini" (La Palabra del Señor), de 2010, nos adentra en este gran misterio de nuestra fe.
Fe y razón
en relación con la Escritura
36… se necesita una fe que, manteniendo una relación adecuada con
la recta razón, nunca degenere en fideísmo, el cual, por lo que se refiere a la
Escritura, llevaría a lecturas fundamentalistas.
Sentido
literal y sentido espiritual
37… una aportación significativa para la recuperación de una adecuada hermenéutica de la Escritura proviene también de una escucha renovada de los Padres de la Iglesia y se su enfoque exegético… los Padre son en primer lugar y esencialmente unos «comentadores de la Sagrada Escritura»… la tradición patrística y medieval sabia reconocer los diversos sentidos de la Escritura comenzando por el literal, es decir, «el significado por las palabras de la Escritura y descubierto por la exegesis que sigue las reglas de la justa interpretación». Santo Tomas de Aquino, por ejemplo, afirmaba: «Todos los sentidos de la Sagrada Escritura se basan en el sentido literal». Pero se ha de recordar que en la época patrística y medieval cualquier forma de exegesis, también la literal, se hacía basándose en la fe y no había necesariamente distinción entre sentido literal y sentido espiritual… «La letra enseña los hechos, la alegoría lo que se ha de creer, el sentido moral lo que hay que hacer y la anagogía hacia donde se tiende» … la exegesis patrística nos enseña que «no se es fiel a la intención de los textos bíblicos, sino cuando se procura encontrar, en el corazón de su formulación, la realidad de fe que expresan, y se enlaza ésta a la experiencia creyente de nuestro mundo». Sólo en esta perspectiva se puede reconocer que la Palabra de Dios esta viva y se dirige a cada uno en el momento presente de nuestra vida… sigue siendo plenamente valido lo que afirma la Pontificia Comisión Bíblica, cuando define el sentido espiritual según la fe cristiana, como, «el sentido expresado por los textos bíblicos, cuando se los lee bajo la influencia del Espíritu Santo en el contexto del misterio pascual de Cristo y de la vida nueva que proviene de el.
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