El Proyecto de Jesús – Quinta edición
Salamanca 1998
José M. Castillo- Juan A. Estrada
Capítulo 4
¿Por qué mataron a Jesús?
Historia y teología
“… A pesar de los esfuerzos e intentos de Jesús, es un hecho histórico, que, cuando llego el tiempo de la pasión, la comunidad de discípulos la abandono, y que no fueron capaces de encajar lo sucedido. Sólo después de la experiencia de pascua de resurrección, tiene los discípulos una comprensión distinta de su muerte y comienzan a vislumbrar su valor salvífico.”
“…Que Jesús viera su muerte como un último gesto de donación, de amor y de fidelidad a Dios y a los hombres, parece bastante verosímil a la luz de los datos convergentes de las diversas tradiciones.”
“… estas diversas interpretaciones no deben ocultarnos lo más esencial: que Dios no quería la muerte de Jesús… Dios no desea su pasión y muerte, sino que, por el contrario, busca que el pueblo se convierta y que escuche su mensaje. Dios no quiere este final, pero lo acepta y lo asume, como la respuesta del hombre al ofrecimiento que el hace en su hijo.”
“El trágico final de Jesús es el resultado de la decisión del hombre, es la consecuencia de la libertad humana, no es la obra de Dios… no somos marionetas en las manos divinas… Dios nos ha creado libres, con capacidad para hacer de la historia humana un paraíso o un infierno. Si las cosas van mal en la sociedad, la culpa la tiene el hombre y no él. Dios se ha «atado las manos» respecto al hombre: lo ha creado como un ser libre y creador, a su imagen y semejanza, capaz del bien y el mal. Y a si se ha comprometido a aceptar la libertad humana hasta las últimas consecuencias.”
“… Ante Jesús, victima inocente, tiene que comprender el hombre el extremo al que nos lleva nuestra violencia y capacidad del mal, y a prender a perdonar renunciando a la venganza y al odio.”
“Este es el sentido del «es necesario» que Jesús muera. Necesario, en tanto que él no está dispuesto a renunciar a su obra y a su misión, ante la amenaza de la muerte y tiene que afrontarla… es necesario que muera, porque Dios no va a sacarlo de la historia real, ni va a impedir el libre desarrollo de la libertad humana.”
“A partir de Jesús todo homicidio es ya un deicidio porque Cristo se identifica con el prójimo en necesidad, y lo que con él decidimos con el mismo Dios lo hacemos (Mt 25, 31-46) … Dios no quiere el mal en el mundo, pero permite su existencia en la historia. Es al hombre al que le toca abolirlo convirtiéndose al mensaje de Cristo. Si el hombre es capaz de asumir su papel en la historia, viviéndola como y desde Cristo, Dios no le promete que la cruz vaya a estar ausente en su vida, pero si que tendrá la misma significación que la de Jesucristo. “
“… Hay que superar el miedo a la muerte, y el miedo al Dios del castigo para recibir la buena noticia de su amor. Hay que acabar con la rebelión contra un Dios que no quiere imponerse sino convencer, y que sabe esperar hasta conquistar el amor humano… Dios no es verdugo del hombre, y hay que saber encontrarlo en su silencio ante el mal. Dios no abandona al hombre… La cruz no elimina el problema del mal en el mundo, pero le da un sentido y una respuesta.
2. La teología de la cruz
“… la cruz de Cristo nos descubre a un Dios pasional, poderoso en su debilidad y Señor en la humillación. Por eso, la cruz es la fuerza de Dios que denuncia el esfuerzo humano por auto justificarse, y el narcisismo voluntarista del que quiere alcanzar la perfección por su propio esfuerzo. La cruz de Cristo es la denuncia radical a la conciencia prometeica del hombre occidental, que quiere construir un paraíso en la tierra, y que sueña con una autosuficiencia histórica, que le hace independiente de Dios y constructor único del reino de la libertad y de la emancipación, de la utopía del reinado de Dios. “
“… la teología de la cruz es la afirmación de la necesidad de la gracia y de la gratuidad de esta…”
“… Dios no puede redimir a la humanidad sin el hombre mismo, no puede, porque é mismo se ha cerrado ese camino. La historia es siempre obra humana, aunque se dé bajo la inspiración y la fuerza del Espíritu Santo, y es el hombre el que es responsable de ella ante Dios y ante si mismo… El hombre, con su razón y su fe, se encuentra ya impregnado de la gracia para encontrar las huellas de Dios en su mundo, ya que el Dios de la creación es al mismo tiempo el Dios de la cruz.”
“La cruz y el reino son…una llamada al compromiso y a la liberación, con, desde y como Jesús.”
“… era necesario que Dios se marchara de dentro de la historia. Tenia que dejarnos, morir y partir. Era imprescindible que se fuera, para que por fin llegáramos a ser adultos, para que retomáramos el peso de nuestra tarea y responsabilidad vitales. El sentido de la historia humana, ya anunciado en la cruz de Jesús, queda así pendiente de la responsabilidad de los «suyos», de la capacidad de su comunidad para asumir su tarea y su lucha, y el lugar histórico que él ha asumido.”
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