viernes, 2 de abril de 2021

#1152 - Muerte de Jesús

 El Proyecto de Jesús – Quinta edición

Salamanca 1998

José M. Castillo- Juan A. Estrada

 

Capítulo 4

¿Por qué mataron a Jesús?

Historia y teología

 

1.       El suceso histórico

“…la muerte de Jesús no es comprensible aislándola de su actividad histórica… La pasión y muerte es el termino de un proceso, el resultado al que le llevo la proclamación de su doctrina (su teoría) y la praxis subsiguiente. “

“… Cristo vivió de tal forma que al final todos se aliaron contra él. El relato de la pasión nos presenta un «un frente popular» en el que se han integrado todos los grupos de la sociedad; sucedió lo más difícil: acabar enfrentándose con todos.”

“La actitud de Jesús, sus palabras y hechos, no son indiferentes para las instituciones y estamentos de la sociedad, sino que los cuestiona y los critica de forma radical. Se sienten inquietos por las expectativas que suscita su mensaje en el pueblo y, especialmente, en los más pobres y marginados por el sistema político-económico imperante. Les produce miedo su visión de Dios y de las relaciones que los hombres tienen que tener con Dios y entre sí… Les atemoriza su critica y distanciamiento respecto al templo…Les llena de perplejidad su solidaridad con los pecadores, que son despreciados, en una sociedad profundamente teocrática, por los judíos religiosos. En fin, es toda su obra, sus valores y sus antivalores, sus criticas y sus alabanzas, su conducta y sus acciones, las que en último extremo hacen insostenible su situación y llevan a su apresamiento, enjuiciamiento y posterior ejecución…el pueblo…al final se inclina del lado de las autoridades en lugar de arriesgarse a la aventura del seguimiento de Jesús.”

“… Jesús cosecho lo que había sembrado.”

2.       ¿La politización de la religión?

“…Jesús no fue un político, sino un hombre religioso, al que unos llamaban profeta y otros lo identificaban con la autoridad de los rabinos judíos. Jesús habla de Dios, de cómo el hombre tiene que relacionarse con él, y de cómo los hombres tenemos que comportarnos los unos con los otros…Tampoco su mensaje es político: no habla de reforma de las estructuras sociales, sino de la necesaria transformación del hombre para que cambien las formas de vida y las relaciones humanas. No pone el acento en lo sociopolítico, sino en lo religioso, y su mensaje tiene claras connotaciones individualistas, espirituales, interioristas y utópicas…Se relativizan las diferencias naturales y sociales, se sexo, económicas, de status… y se proclama el universalismo salvífico y la necesidad de la fraternidad universal.”

“Y sin embargo, su anuncio tiene consecuencias políticas y se convierte en incompatible con el orden social vigente. Por eso, las autoridades deben eliminarlo…  Si los hombres se abren a su mensaje, no tienen más remedio que cambiar la sociedad en la medida que sus ciudadanos configuren su conducta según las directrices del evangelio.”

“Cuando la Iglesia, que somos todos los cristianos y no sólo los curas, profetiza desde y como Jesús, y enseña su doctrina (con la misma concreción, cercanía al hombre y claridad que tuvo el Maestro) necesariamente se produce la persecución y la amenaza de la cruz.”

“En realidad, una Iglesia que no inquiete, que no suscite reservas ni temores a los poderes constituidos en el mundo, y en la sociedad, es la que tiene que plantearse hasta que punto es fiel al mensaje de Cristo… No se puede ser cristiano en la vida privada, y afirmar que esos valores no sirven para la actividad profesional, o los problemas económicos, o las actividades políticas.”

“… No se puede espiritualizar la cruz, ni hacer de ella algo abstracto que no nos remita a la vida de Jesús. No podemos tampoco privatizarla, ni individualizarla, eliminando todas sus connotaciones y consecuencias políticas y sociales.

3.       La actitud y la conciencia de Jesús

“Jesús es consciente de la tragedia que se le avecina. Y sin embargo, no cambia su actitud, ni altera el sentido de su misión. No se trata de una actitud estoica, indiferente al dolor; ni de una dinámica necrófila. Cristo ama la vida, no la muerte, y no busca la pasión, ni quería el sufrimiento, Jesús no exalta el dolor, y la experiencia del sufrimiento ni produce en el amargura y frustración, ni le endurece y le cierra en si mismo, como nos ocurre muchas veces a nosotros… Jesús es presentado en los relatos evangélicos como un hombre tierno y compasivo, que sabe condolerse con los otros (sea Lázaro, o los pecadores, o los enfermos), y que siempre está abierto a las necesidades de los demás. Este rasgo de Cristo al que el sufrimiento ennoblece en lugar de deshumanizarle será recogido en la Carta a los Hebreos como una de las características de su vida sacerdotal, en la que tuvo que aprender a ser sacerdote compartiendo nuestras debilidades y sufrimientos y compadeciéndose de los demás.”

“… Cristo, como cualquier hombre, siente miedo rechazo ante el dolor y le asusta el sufrimiento, y se vuelve a Dios en Getsemaní pidiendo que, si es posible, se le evite esa prueba… Jamás se nos dice en los evangelios que Jesús buscara la cruz…No busca la muerte, ni la desea, pero está dispuesto   asumirla como pago por su conducta.”

“Jesús es libre ante la muerte, en el sentido de que la asume y la acepta como precio que tiene que pagar por mantener su fidelidad a si mismo, a Dios, y a los hombres, a los que se dirige. “

“… El dolor de Jesús es injusto e infundado (no hubo motivo justificado), es el sufrimiento del hombre inocente, víctima de la opresión e injusticia humana… El quejido de Jesús expresa la complejidad de sentimientos que le embargan: soledad ante el abandono de los suyos, impotencia ante las burlas y el menosprecio de los que lo rodean, conciencia de fracaso en su intento de convertir a su pueblo, y también, la angustia y la perplejidad ante un Dios silencioso y que no actúa… muere abandonando en Dios su causa y poniendo en él su ultimo aliento… y muere como ha vivido, perdonando a los otros y abandonándose en Dios.”

“…no cabe duda del sentido consciente de donación y entrega a los hombres que el mismo dio a su muerte en la alianza de la cena,, y en el ofrecimiento de su vida como rescate por muchos… A la vista de los datos convergentes del nuevo testamento, parece difícil negar que el mismo Jesús viera la muerte como la última expresión de una vida entregada a los hombres, y que a la luz de las tradiciones veterotestamentarias sobre el siervo sufriente de Yahvé y sobre el martirio de los profetas, vislumbrar el sentido salvífico de su misma muerte.” 

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