martes, 6 de abril de 2021

#1156 - Amoris Laetitia 75

 

Amoris Laetitia 75

299. Acojo las consideraciones de muchos Padres sinodales, quienes quisieron expresar que «los bautizados que se han divorciado y se han vuelto a casar civilmente deben ser más integrados en la comunidad cristiana en las diversas formas posibles, evitando cualquier ocasión de escándalo…para que no sólo sepan que pertenecen al Cuerpo de Cristo que es la Iglesia, sino que puedan tener una experiencia feliz y fecunda. Son bautizados, son hermanos y hermanas, el Espíritu Santo derrama en ellos dones y carismas para el bien de todos… Ellos no sólo no tienen que sentirse excomulgados, sino que pueden vivir y madurar como miembros vivos de la Iglesia…».

300… Los divorciados vueltos a casar deberían preguntarse como se han comportado con sus hijos cuando la unión conyugal entró en crisis; si hubo intentos de reconciliación; como es la situación del cónyuge abandonado; que consecuencias tiene la nueva relación sobre el resto de la familia y la comunidad de fieles; que ejemplo ofrece esa relación a los jóvenes que deben prepararse para el matrimonio… la conversación con el sacerdote, en el fuero interno, contribuye a la formación de un juicio correcto sobre aquello que obstaculiza la posibilidad de una participación más plena en la vida de la Iglesia y sobre los pasos que puedan favorecerla y hacerla crecer.

¿Ves en tu parroquia algún tipo de discrimen sobre los divorciados?

¿Crees que la catequesis sobre el matrimonio atiende estos asuntos?

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