martes, 12 de marzo de 2024

#2196- Contemplemos la cruz 3

 Juan el Bautista presenta a Jesús a sus discípulos diciéndoles: “Ahí tienen al Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Juan 1, 29).

Y es que Jesús es el Sumo sacerdote que se ofreció a si mismo, derramando su sangre por nosotros. La Carta a los Hebreos nos dice: “Un sumo sacerdote así era el que nosotros necesitábamos: santo, inocente, incontaminado, sin connivencia con los pecadores y encumbrado hasta lo más alto de los cielos. No como los demás sacerdotes, que necesitan ofrecer sacrificios a diario, primero por sus propios pecados y después por los del pueblo. Jesús lo hizo una vez por todas ofreciéndose a si mismo” (Hebreos 7, 26-27).

Contemplemos a nuestro Sumo sacerdote ofreciéndose en la cruz para ganarnos una vida nueva y eterna. 

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