Lucas 7, 11-17
"En tiempo de Jesus era opinión generalizada que las mujeres, los esclavos y los niños pertenecían al Señor de la casa y su valor dependía de su utilidad. En un cortejo fúnebre en Nain, Jesus se encuentra con una viuda que ha perdido a su único hijo. Lo que jesus hace con el muchacho resucitado es generoso en extremo, porque bien pudo invitarlo a formar parte de su grupo de seguidores, pero se lo entregó a su madre. Este será un signo profético de la presencia de Dios en medio de su Pueblo desvalido y vulnerable. Aunque decimos 'tengo un hijo o una hija', se entiende que no se trata de una posesión, y menos de un esclavo o esclava a quien le imponemos nuestra voluntad. No son cosas sino personas con una creciente capacidad de decidir. Es tiempo de tomar conciencia de los abusos de autoridad en nuestras familias, de aprender a consensuar voluntades y cuidar de los más vulnerables"
Del Diario Biblico Claretiano 2023
No hay comentarios.:
Publicar un comentario