DEL PAPA FRANCISCO A LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA
El papa Francisco ha puesto de nuevo en la palestra la Doctrina Social de la Iglesia (DSI). El pontífice no hace grandes desarrollos teóricos; más bien realiza gestos concretos que testimonian su manera de entender la misión de la Iglesia en el mundo. Desde su primera encíclica, La Alegría del Evangelio, el Papa no ha hecho más que desarrollar los puntos centrales de su programa de reforma eclesial, promoviendo encuentros, intercambios, visibilizando procesos y experiencias, signos de una Iglesia renovada. La clave de su pensamiento está en entender al Pueblo fiel como lugar, espacio, sujeto de la revelación, no como un sujeto en abstracto, sino de rostros concretos, personas en medio de realidades específicas. Francisco nos recuerda que el Señor ha querido quedarse en medio de nosotros en el pobre, en el débil; un auténtico pastor tiene que impregnarse de pueblo para renovar su vida espiritual. Se reconoce parte de una larga tradición magisterial que tiene su punto de referencia en el Concilio Vaticano II y la perspectiva latinoamericana que ofrece la Conferencia de Aparecida. Su particularidad es mostrar maneras específicas de poner en práctica lo que ya está tan ampliamente documentado. La DSI basa sus principios sobre la autoridad del magisterio social pontificio y desde ahí lee y juzga la realidad sociopolítica y económica. El pontificado de Francisco propone una hermenéutica evangélica, una manera de interpretar la cultura en clave profética-antes que doctrinal o cultual-, y asume la praxis de Jesús como referenteprincipal de todo quehacer teológico-pastoral y buena nuevapara generar procesos de cambio. “Lo que quiero ofrecer va más bien en la línea del discernimiento evangélico. Es una mirada del discípulo misionero” (Evangelii Gaudium, 50). La Evangelii Gaudiumes un auténtico programa del pontificado del papa Francisco en el que se pueden destacar los siguientes puntos: a) poner el énfasis en las implicaciones sociales de la fe como prueba de su autenticidad; b) concebir al pueblo como una auténtica categoría teológica; c) la conexión entre la evangelización y la promoción humana; d) una fuerte crítica a la economía de exclusión. En el capítulo dedicado a estudiar la dimensión social de la evangelización, el papa Francisco propone tres líneas de reflexión: la inclusión de los pobres, la paz social y el bien común, y, finalmente, el diálogo. En Laudato Si, el Papa ha dejado en claro las consecuencias de una política de exclusión, especialmente cuando son los más pobres los que cargan con las consecuencias de muerte y violencia de las medidas tomadas. Su fórmula para la búsqueda de una solución pasa a través de la conversión al Pueblo de Dios; es necesario hacerse pueblo, y sobre todo, reconocer en el pueblo el punto de partida de todo proceso de renovación social y eclesial. Todos estos principios, aunque no resulten nuevos, son, en el magisterio de Francisco, frutos de una teología pastoral vivida y reflexionada en el contexto latinoamericano.
Escrito por P. Lenin Bohorquez, SP, Profesor de Epistemología, Instituto P. Félix Varela
Categoría: En Camino
Retomemos la Doctrina Social, hagamos que se conozca: ¡es un tesoro de la tradición de la Iglesia!”, reclamó el pontífice. “Solidaridad, cooperación, responsabilidad: son tres palabras que recuerdan el misterio de Dios mismo, que es Trinidad. Dios es comunión de personas y nos orienta a realizarnos a través de la apertura generosa a los demás (solidaridad), de la colaboración con los demás (cooperación), del compromiso con los demás (responsabilidad)”, explicó.
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