Por una Iglesia Sinodal
Comunión, participación y misión
DOCUMENTO PREPARATORIO (Cont.)
28. … en la relectura de las
experiencias, es necesario tener presente que “caminar juntos” puede ser
entendido según dos perspectivas diversas… La primera mira a la vida interna de
las Iglesias particulares, a las relaciones entre los sujetos que las
constituyen (en primer lugar, la relación entre los fieles y sus pastores, también
a través de los organismos de participación previstos por la disciplina canónica,
incluido el sínodo diocesano) y a las comunidades en las cuales se articulan
(en particular las parroquias). Considera, además, las relaciones de los
obispos entre ellos y con el Obispo de Roma, también a través de los organismos
intermedios de sinodalidad (Sínodos de los Obispos de las Iglesias patriarcales
y arzobispales mayores, Consejos de los Jerarcas y Asambleas de los Jerarcas de
las Iglesias sui juris, Conferencias Episcopales, con sus respectivas
expresiones nacionales, internacionales y continentales). Se extiende, además, al modo en que cada
Iglesia particular integra en ella la contribución de las diversas formas de
vida monástica, religiosa y consagrada, de asociaciones y movimientos laicales,
de instituciones eclesiales y eclesiásticas de diverso genero (escuelas,
hospitales, universidades, fundaciones, entes de caridad y asistencia, etc.).
Finalmente, esta perspectiva abraza también las relaciones y iniciativas
comunes con los hermanos y hermanas de las otras Iglesias y comunidades
cristianas, con las cuales compartimos el don del mismo Bautismo.
¿Percibes esta primera
perspectiva en tu ambiente diocesano y/o parroquial?
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