I. Los caminos de la misión
Documento:
Ad Gentes 5(Sobre la actividad misionera de la Iglesia) –
Concilio Vaticano II
Redenptoris Missio 21- (Sobre la
permanente validez del mandato misionero) - San Juan Pablo II
Compendio: “La misión, pues,
de la Iglesia se realiza mediante la actividad por la cual, obedeciendo el
mandato de Cristo y movida por la gracia y la caridad del espíritu Santo, se
hace presente en acto pleno a todos los hombres y pueblos para conducirlos a la
fe, la libertad y a la paz de Cristo por el ejemplo de la vida y de la
predicación, por los sacramentos y demás medios de la gracia, de tal suerte que
se les descubra el camino libre y seguro para la plena participación del
misterio de Cristo.”
“… Impulsada por el Espíritu Santo,
debe avanzar por el mismo camino por el que avanzó
Cristo; esto es, el camino de la pobreza, la obediencia, el servicio y la
inmolación de sí mismo hasta la muerte, de la que surgió victorioso por su
resurrección.”
«En el
momento culminante de la misión mesiánica de Jesús, el Espíritu Santo se hace
presente en el misterio pascual con toda su subjetividad divina: como el que
debe continuar la obra salvífica, basada en el sacrificio de la cruz. Sin duda
esta obra es encomendada por Jesús a los hombres: a los Apóstoles y a la
Iglesia. Sin embargo, en estos hombres y por medio de ellos, el Espíritu Santo
sigue siendo el protagonista trascendente de la realización de esta obra en el
espíritu del hombre y en la historia del mundo».
Son muchos los
caminos a los que el Señor nos llama a través de los diversos ministerios de la
Iglesia. Pero todos ellos deben llevarnos a los pobres, a la obediencia a
nuestros pastores y al servicio en el amor a todos.
En Clave Sinodal:
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