El Camino
Sinodal
I.
Mandato misionero
Documento: Ad Gentes 1(Sobre
la actividad misionera de la Iglesia) – Concilio Vaticano II
Compendio: La Iglesia,
Sacramento Universal de Salvación, enviada por Dios a las gentes,
obedeciendo el mandato de Cristo, se esfuerza en anunciar el Evangelio a
todos los hombres y en establecer el Reino de Dios en toda la tierra.
Referencias bíblicas:
a)
Mateo 28, 19-20 – Cfr. “haced discípulos a
todos los habitantes de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu
Santo, y enseñándoles a cumplir lo que os he mandado.”
Marcos 16, 16 – Cfr. “todo el que
se bautiza y crea se salvará”.
b)
2 Tes 3,1 – Pablo insiste en la importancia de
la oración para que la Palabra siga su avance.
c)
Mateo 5, 13-14 – Cfr. “vosotros sois la sal del
mundo. Pero si la sal pierde su valor ¿Quién seguirá salando?
Reflexión:
El mandato
misionero al que nos llama hoy la Iglesia tiene que partir de una oración constante
y confiada a Dios pidiéndole que nos ayude a ser auténtica sal para el mundo y, a
tomar plena conciencia de lo determinante que es para cada uno de nosotros el
haber sido bautizados por el agua y el Espíritu.
Que este mandato
misionero nos haga renovar profundamente nuestro bautizo, por medio de una
catequesis bien preparada, tanto para los bautizados como para los que se
bautizarán.
, sus padres y padrinos.
¿Tenemos sabor a
sal para anunciar el Reino de Dios y preservar al mundo?
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