En su Exhortación Apostólica postsinodal Christifideles laici de 1987, “Sobre la vocación y misión de los laicos en la Iglesia y en el mundo”, San Juan Pablo II escribe como si estuviera hablándonos en el momento que actualmente estamos viviendo en el mundo y en la Iglesia.
PARTIFICES DEL OFICIO SACERDOTAL PROFETICO Y REAL DE JESUCRISTO
14… el apóstol Pedro escribe: «Acercándoos a Él, piedra viva,
desechada por los hombres, pero elegida y preciosa ante Dios, también vosotros,
cual piedras vivas, sois utilizados en la construcción de un edificio
espiritual, para un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales,
aceptos a Dios por mediación de Jesucristo… vosotros sois el linaje elegido, el
sacerdocio real, la nación santa, el pueblo de que Dios se ha adquirido para
que proclame los prodigios que Aquel que os ha llamado de las tinieblas a su
admirable luz» (1Pe 2, 4-5.9).
… los fieles laicos participan, según el modo que les es propio, en
el triple oficio- sacerdotal, profético y real – de Jesucristo… no sólo ha sido
ungida nuestra Cabeza, sino que también hemos sido ungidos nosotros, su Cuerpo…
Por ello la unción es propia de todos los cristianos… esta claro que somos el
Cuerpo de Cristo, porque en cierta manera la cabeza y el cuerpo forman el
Cristo en su integridad».
Siguiendo el ritmo indicado por el Concilio Vaticano II… he
querido exaltar la dignidad sacerdotal, profética y real de todo el Pueblo de
dios diciendo: «Aquel que ha nacido de la Virgen María, el Hijo del carpintero-
como se lo consideraba-, el Hijo de Dios vivo- como ha confesado Pedro- ha
venido para hacer de todos nosotros “un reino de sacerdotes” … la misión de Cristo
– Sacerdote, Profeta-Maestro, Rey – continua en la Iglesia. Todos, todo el
Pueblo de dios es participe de esta triple misión».
No hay comentarios.:
Publicar un comentario