Creo en el Espíritu Santo
(CIC
683-701)
La vieja Jerusalén, edificada sobre el
Monte Sión (que significa ciudad celeste), comprende un metro cuadrado de
extensión. Lo que queda de ella aun casi intacta es la muralla sur donde se
encuentra la Puerta de Sion.
El cenáculo, donde Jesús celebró la última
cena es desde el siglo XIII la cede de los Franciscanos.
Jesús, como narra Juan 16, 7 les
expresa a sus discípulos “os conviene que yo me vaya” para que recibieran al
Espíritu Santo (Juan 14, 26-28). Así se completa su misión (Juan 13-17)
San Juan Pablo II nos decía que el
Espíritu Santo es una persona diversa de la Trinidad que el Padre envía en
nombre de Cristo y es quien nos guiará a la Verdad completa.
Las acciones del Espíritu Santo se
manifiestan en:
1-
En todas Las Sagradas Escrituras
2-
En la Tradición – Padres de la Iglesia y en la
atemporalidad de la Verdad (tan actual hoy como ayer).
3-
En el Magisterio de la Iglesia – en materia de
fe, Concilios (“El espíritu Santo y nosotros”)
4-
En la liturgia sacramental
5-
En la oración
6-
En los Carismas y Ministerios – dones del
Espíritu santo; órdenes religiosas y consagrados
7-
Signos de vida apostólica y misionera –
curaciones
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