Tradición
y Escritura
17,..la Palabra divina, pronunciada en el tiempo, fue dada y «entregada»
a la Iglesia de modo definitivo…Jesucristo mismo «mandó a los Apóstoles
predicar a todos los hombres el Evangelio…el Evangelio prometido por los
profetas, que El mismo cumplió y promulgó con su boca, este mandato se cumplió
fielmente, pues los Apóstoles, con su
predicación, sus ejemplos, sus instrucciones, transmitieron de palabra lo que
habían aprendido de las obras y palabras de Cristo y lo que el Espíritu Santo
les enseñó, además, los mismos Apóstoles y otros de su generación pusieron por
escrito el mensaje de la salvación inspirados por el Espíritu Santo.
El Concilio Vaticano II recuerda también que esta Tradición de
origen apostólica es una realidad viva y dinámica, que «va creciendo en la
Iglesia con la ayuda del Espíritu Santo, pero no en el sentido que cambie en su
verdad, que es perenne.
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