El Papa Emérito, Benedicto XVI, en su Exhortación Apostólica Postsinodal, "Verbum Domini" (La Palabra del Señor), de 2010, nos adentra en este gran misterio de nuestra fe.
La Palabra de Dios y el Espíritu Santo
16… Sin la acción eficaz del «Espíritu de la Verdad» (Jn
14,16) no se pueden comprender las palabras del Señor. Como recuerda san
Ireneo: «Los
que no participan del Espíritu no
obtienen del pecho de su madre (la Iglesia) el nutrimiento de la vida, no
reciben nada de la fuente mas pura que brota del cuerpo de Cristo» Puesto que
la Palabra de Dios llega a nosotros en el cuerpo de Cristo, en el cuerpo eucarístico
y en el cuerpo de las Escrituras, mediante la acción del Espíritu Santo, solo
puede ser acogida y comprendida verdaderamente gracias al mismo Espíritu… San
Juan Crisóstomo afirma que la Escritura «necesita de la revelación del
Espíritu, para que descubriendo el verdadero sentido de las cosas que allí se
encuentran encerradas, obtengamos un provecho abundante. También san Jerónimo
está firmemente convencido de que «no podemos llegar a comprender la Escritura
sin la ayuda del Espíritu Santo que la ha inspirado».
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