jueves, 13 de febrero de 2020

#744 - Los Discursos de Jesús 21- pecado y perdón







Discurso eclesiológico


Los que inducen al pecado (Mt 18, 6-11)

(Mc 9, 42-48; Lc 17, 1-2)

Ocasiones de caer
6. Pero si alguien escandaliza a uno de estos pequeños que creen en mí, sería preferible para él que le ataran al cuello una piedra de moler y lo hundieran en el fondo del mar.
7. ¡Ay del mundo a causa de los escándalos! Es inevitable que existan, pero ¡ay de aquel que los causa!
8. Si tu mano o tu pie son para ti ocasión de pecado, córtalos y arrójalos lejos de ti, porque más te vale entrar en la Vida manco o lisiado, que ser arrojado con tus dos manos o tus dos pies en el fuego eterno.
9. Y si tu ojo es para ti ocasión de pecado, arráncalo y tíralo lejos, porque más te vale entrar con un solo ojo en la Vida, que ser arrojado con tus dos ojos en la Gehena del fuego.
10. Cuídense de despreciar a cualquiera de estos pequeños, porque les aseguro que sus ángeles en el cielo están constantemente en presencia de mi Padre celestial.

Parábola del siervo que no quiso perdonar (Mt 18, 21-35)

21. Entonces se adelantó Pedro y le dijo: 'Señor, ¿cuántas veces tendré que perdonar a mi hermano las ofensas que me haga? ¿Hasta siete veces?.
22. Jesús le respondió: 'No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.

Los dos deudores

23. Por eso, el Reino de los Cielos se parece a un rey que quiso arreglar las cuentas con sus servidores.
24. Comenzada la tarea, le presentaron a uno que debía diez mil talentos.
25. Como no podía pagar, el rey mandó que fuera vendido junto con su mujer, sus hijos y todo lo que tenía, para saldar la deuda.
26. El servidor se arrojó a sus pies, diciéndole: 'Señor, dame un plazo y te pagaré todo'.
27. El rey se compadeció, lo dejó ir y, además, le perdonó la deuda.
28. Al salir, este servidor encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, tomándolo del cuello hasta ahogarlo, le dijo: 'Págame lo que me debes'.
29. El otro se arrojó a sus pies y le suplicó: 'Dame un plazo y te pagaré la deuda'.
30. Pero él no quiso, sino que lo hizo poner en la cárcel hasta que pagara lo que debía.
31. Los demás servidores, al ver lo que había sucedido, se apenaron mucho y fueron a contarlo a su señor.
32. Este lo mandó llamar y le dijo: '¡Miserable! Me suplicaste, y te perdoné la deuda.
33. ¿No debías también tú tener compasión de tu compañero, como yo me compadecí de tí?'.
34. E indignado, el rey lo entregó en manos de los verdugos hasta que pagara todo lo que debía.
              35. Lo mismo hará también mi Padre celestial con ustedes, si no perdonan de corazón a sus                                  hermanos'.

               Somos muy exigente con lo nuestro y con los que pensamos que nos deben algo. Hoy Jesús nos              orienta al respecto. Y nos llama no solo a perdonar siempre si no a tratar a los demás como                  nos gustaría que nos trataran.
               

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