Discurso
eclesiológico
Parábola de la oveja perdida (Mt
18, 12-14)
(Lc 15, 3-7)
12. ¿Qué les parece? Si un hombre tiene
cien ovejas, y una de ellas se pierde, ¿no deja las noventa y nueve restantes
en la montaña, para ir a buscar la que se extravió?
13. Y si llega a encontrarla, les aseguro
que se alegrará más por ella que por las noventa y nueve que no se extraviaron.
14. De la misma manera, el Padre que está
en el cielo no quiere que se pierda ni uno solo de estos pequeños.
Cuanta alegría nos debía provocar cada vez que un hermano se convierte y entra de nuevo o por primera vez en el redil. Sin embargo a veces lo que hacemos es rechazarlos porque no confiamos en su conversión o no son de nuestro grupo o no son de nuestro agrado.
Aquí es donde Jesús nos llama la atención. Hay que buscar al descarriado o al alejado. Esa es la esencia de nuestra misión como miembros de la Iglesia.
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