Cuando uno de los sacerdotes de mi parroquia preside la Eucaristía se convierte ciertamente en "la persona de Cristo", no solo por que realiza el memorial de Su pasión, muerte y resurrección, sino también porque carga en su cuerpo mortal el dolor de la enfermedad.
Y es que el llamarnos cristianos significa encarnar a Cristo en nosotros. Es decir ser, como el mismo Cristo" nos señaló, templos y sagrarios de Su Espíritu Santo. Esto, necesariamente envuelve el sufrir las limitaciones del cuerpo y de la mente humanas: la angustia, el dolor, la ansiedad, la soledad, la desesperación, el sufrimiento. Si estamos pasando o pasamos por cualquiera de estos estados es porque somos verdaderamente hombres y mujeres débiles en lo humano. Y cuando asumimos todo esto, entonces somos otros Cristos.
Mas como nos dice Pablo, " cuando soy débil, entonces es cuando soy mas fuerte". Mas fuerte porque entonces Dios-Padre viene en mi auxilio para sostenerme y animarme y, después de un tiempo, levantarme de la fosa para esta vida o para la definitiva.
Tengamos fe en la acción del Espíritu Santo y oremos al Padre para no caer en la tentación de negar su poder salvifico. Amen.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario