#200 - A veces pensamos que Dios parece estar ausente cuando más lo necesitamos. En otras, somos nosotros los que tenemos la sensación de estar perdidos en medio de las tormentas. Nos cansamos de remar en vano sacudidos por las dificultades de la vida.
Algo parecido les sucedió a los apóstoles cuando en medio de la tempestad (Mt 8, 23-27) se sintieron solos y abandonados del Senor. A pesar de todo, ellos sabían que Jesús podía salvarlos y por eso le piden ayuda. La respuesta no se hizo esperar, la tormenta fue calmada al Jesús increpar a los vientos.
Esa es la fe que debemos tener nosotros: que el Senor siempre esta pendiente aunque lo pensemos ausente. Pero mas que nada la de saber que el tiene el poder para rescatarnos de nuestra dificultad.
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