jueves, 29 de febrero de 2024

#2184- Junto a Dios

 Del Libro de Jeremías

“…Bendito quien confía en el Señor y pone en el Señor su confianza. Será un árbol plantado junto al agua, que alarga a la corriente sus raíces; no teme la llegada del estío, su follaje siempre está verde; en año de sequía no se inquieta, ni dejará por eso de dar fruto…”

(Quien está junto al Señor nadie podrá derribarlo)

miércoles, 28 de febrero de 2024

#2183 - Compasión

 Lucas 6, 36-38

"La compasión es la capacidad que tenemos los humanos de sentir el dolor o el sufrimiento del mundo que nos rodea. La actitud contraria es la indiferencia, que nos vuelve no solo jueces que condenan sino inquisidores implacables atentos al más mínimo error para condenar. El compadecerse es una invitación no solo a sentir el dolor del prójimo sino a entrar en un proceso de transformación que le mejore como ser humano. Uno de los mayores obstáculos es no perdonar porque convierte a las personas en eternas victimas que justifican así su intolerancia. Que la Cuaresma nos permita construir relaciones más profundas evitando lesionar la comunión entre hermanos y hermanas. Conflictos y diferencias tendremos siempre. Aprovechémoslos como oportunidades para crecer y madurar en aceptación mutua y corresponsabilidad. Atendamos a la invitación que el Evangelio hace a las comunidades de fe a convertirse en espacios de comunión y reconciliación...".

Del Diario Biblico Claretiano 2024

lunes, 26 de febrero de 2024

#2181- Da amor

 Lectura del santo evangelio según san Lucas (6,36-38):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante, pues con la medida con que midiereis se os medirá a vosotros».

(En la medida que des amor, recibirás amor porque como dijo San Juan de la Cruz, nos examinarán en el amor.)

viernes, 23 de febrero de 2024

#2179- Reconciliación

Del Evangelio de Mateo

“…Por tanto, si cuando vas a presentar tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda.”

(Siempre el Señor nos llama a  limpiar nuestro corazón por medio de la reconciliación y así poder presentarnos ante El limpios y puros. Entonces el culto que le ofrezcamos será en Espíritu y Verdad y nos traerá la paz.)

Bonito día para todos

jueves, 22 de febrero de 2024

#2178- Rostro de Cristo

 Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro 5, 1-4

Queridos hermanos:

A los presbíteros entre vosotros, yo, presbítero con ellos, testigo de la pasión de Cristo y participe de la gloria que va a revelar, os exhorto: pastoread el rebaño de Dios que tenéis a vuestro cargo, mirad por él, no a la fuerza, sino de buena gana, como Dios quiere; no por sórdida ganancia, sino con entrega generosa; no como déspotas con quienes os ha tocado en suerte, sino convirtiéndoos en modelos del rebaño.

Y, cuando aparezca el Pastor supremo, recibiréis la corona inmarcesible de la gloría.

(Oremos por nuestros sacerdotes, para que, como Pedro, sean en todo momento rostro de Cristo para sus ovejas.)

miércoles, 21 de febrero de 2024

#2177- Un corazón nuevo

 Sal 50,3-4.12-13.18-19

R/. Un corazón quebrantado y humillado, tú, Dios mío, no lo desprecias

V/. Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa;

lava del todo mi delito,

limpia mi pecado. R/.

V/. Oh, Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme.

No me arrojes lejos de tu rostro, no me quites tu santo espíritu. R/.

V/. Los sacrificios no te satisfacen: si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.

El sacrificio agradable a Dios

es un espíritu quebrantado;

un corazón quebrantado y humillado, tú, oh, Dios, tú no lo desprecias. R/.

(Sigamos en esta Cuaresma restableciendo nuestro corazón para gozarnos la Pascua del Señor con un corazón puro y lleno de su Amor)

Buen día a todos

martes, 20 de febrero de 2024

#2176- Como la lluvia

 Lectura del libro de Isaías (55,10-11):

ESTO dice el Señor:

«Como bajan la lluvia y la nieve desde el cielo,

y no vuelven allá sino después de empapar la tierra, de fecundarla y hacerla germinar,

para que dé semilla al sembrador y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca:

no volverá a mí vacía,

sino que cumplirá mi deseo

y llevará a cabo mi encargo».

(Deja que la Palabra de Dios penetre tu corazón porque este sea terreno bien preparado. Entonces crecerá la semilla del Amor de Dios y dará los frutos que El espera.)

Buen día a todas y todos

sábado, 17 de febrero de 2024

#2173- Síntesis sínodo 4

 4. Los pobres, protagonistas del camino de la iglesia

Cuestiones que afrontar

i) En algunas partes del mundo, la Iglesia es pobre, con los pobres y por los pobres. Existe el riesgo, que hay que evitar con mucho cuidado, de considerar a los pobres con los términos de “ellos” y “nosotros”, como “objetos” de la caridad de la Iglesia. Poner los pobres en el centro y aprenderde ellos es algo que la Iglesia debe hacer siempre más.

j) La denuncia profética de las situaciones de injusticia y la acción de presión respecto a quienes deciden en política, que requiere recurrir a formas de diplomacia, hay que mantenerlas en tensión dinámica para no perder la lucidez y la fecundidad. En particular, hay que estar atentos para que el uso de fondos públicos o privados por parte de las estructuras de la Iglesia no condicione la libertad de hablar en nombre de las exigencias del Evangelio.

k) La acción en los campos de la educación, de la salud y de la asistencia social, sin ninguna discriminación ni exclusión de nadie, es un signo claro de una Iglesia que promueve la integración y la participación de los últimos al interior de ella misma y en la sociedad. Las organizaciones dedicadas a este campo son invitadas a considerarse expresión de la comunidad cristiana y a evitar un estilo impersonal de vivir la caridad. Se les solicita también que hagan red y se coordinen.

l) La Iglesia debe ser honesta a la hora de examinar cómo respeta las exigencias de justicia respecto a quienes trabajan en las instituciones que le pertenecen, para dar un testimonio íntegro con su propia coherencia.

m) En una Iglesia sinodal, el sentido de solidaridad se juega también en el plano del intercambio de dones y del compartir de recursos entre Iglesias locales de diferentes regiones. Se trata de relaciones que favorecen la unidad de la Iglesia, creando lazos entre las comunidades cristianas involucradas. Es preciso centrarse sobre las condiciones que garanticen que los presbíteros que van a ayudar a las Iglesias pobres en clero no se conviertan sólo en un remedio funcional, sino que sean un recurso de crecimiento para la Iglesia que los envía y para aquella que los recibe. De igual modo hay que procurar que las ayudas económicas no degeneren en asistencialismo, sino que promuevan la auténtica solidaridad evangélica y sean gestionadas de manera transparente y confiable.

Propuestas

n) La doctrina social de la Iglesia es un recurso muy poco conocido, sobre el cual hay que volver a investir. Que las Iglesias locales se comprometan no sólo a hacer más conocidos sus contenidos, sino a favorecer su apropiación a través de prácticas que los hagan activos e inspiradores.

o) Que la experiencia del encuentro, del compartir la vida y el servicio a los pobres y a los marginados se convierta en parte integrante de todos los recorridos formativos de todas las comunidades cristianas: se trata de una exigencia de la fe, no de algo opcional. Esto vale de manera especial para los candidatos al ministerio ordenado y a la vida consagrada.

p) En el campo del re-pensamiento del ministerio diaconal, promuévase una orientación más decisiva al servicio de los pobres.

q) Que se integren de manera más explícita y atenta en la enseñanza, en la liturgia y en las prácticas de la Iglesia los fundamentos bíblicos y teológicos de una ecología integral.

viernes, 16 de febrero de 2024

#2172- El ayuno

Del libro de Isaías 

Este es el ayuno que yo quiero:

soltar las cadenas injustas,

desatar las correas del yugo,
liberar a los oprimidos,
quebrar todos los yugos,
partir tu pan con el hambriento,
hospedar a los pobres sin techo,
cubrir a quien ves desnudo
y no desentenderte de los tuyos.
Entonces surgirá tu luz como la aurora,
enseguida se curarán tus heridas,
ante ti marchará la justicia,”

jueves, 15 de febrero de 2024

#2171- Cuaresma 3

 🖤 CONVIÉRTANSE 

“Rasgad vuestros corazones no vuestros vestidos.”

“…Mira: hoy pongo delante de ti la vida y el bien, la muerte y el mal. Pues yo te mando hoy amar al Señor, tu Dios, seguir sus caminos, observar sus preceptos, mandatos y decretos, y así vivirás y crecerás y el Señor, tu Dios, te bendecirá en la tierra donde vas a entrar para poseerla.

Pero, si tu corazón se aparta y no escuchas, si te dejas arrastrar y te postras ante otros dioses y les sirves, yo os declaro hoy que moriréis sin remedio…”

miércoles, 14 de febrero de 2024

#2170-,Cuaresma 2

 LECTURA ORANTE DE LA PALABRA DE DIOS

MIÉRCOLES DE CENIZA

m

Sínodo 2021 2024

Por una Iglesia sinodal comunión participación misión

 

PRESIDENCIA DEL CONSEJO EPISCOPAL LATINOAMERICANO Y CARIBEÑO (CELAM) Mons. Jaime Spengler, OFM

Presidente

Mons. José Luis Azuaje

Primer Vicepresidente

Mons. José Domingo Ulloa

Segundo Vicepresidente

Mons. Santiago Rodríguez

Presidente del Comité de Asuntos Económicos

Mons. Lizardo Estrada

Secretario General

Pbro. Pedro Brassesco

Secretario general adjunto

Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam)

Avenida Boyacá No. 169D-75 Código postal 111166

PBX: 6014845804 celam@celam.org www.celam.org

Equipo de redacción

Lisandra Chaves

Fernando Canchón

Mons. Cecilio Raúl Berzosa Martínez

Edición

Centro para la Comunicación

INTRODUCCIÓN

 Cada vez que hay un evento relevante dedicamos un tiempo especial para preparar los detalles. Eso mismo ocurre cuando estamos a las puertas de uno de los acontecimientos fundamentales de nuestra fe, un suceso que exige de los creyentes preocuparnos de estar a tono con el festejo, perfuma- dos con el olor del Pastor y vestidos de santidad, luego de un proceso cons- ciente de purificación a través de la oración, la reflexión, la penitencia, el ayuno y la solidaridad con nuestro prójimo.

Con el Miércoles de Ceniza el 14 de febrero, se inicia una jornada de cuaren- ta días de cuaresma que concluye el 31 de marzo con la celebración de la Pascua de Resurrección. Durante este periodo se nos invita a detenernos en oración, a bajar el ritmo de nuestras vidas, a propiciar momentos para repen- sar el estilo de vida que estamos llevando, a evaluar nuestro compromiso con quienes forman parte de la comunidad y del entorno para contribuir a mejorarlo.


 LECTURA DEL TEXTO: ¿QUÉ DICE EL TEXTO?

 “MISERICORDIA, SEÑOR; HEMOS PECADO”

Lectura orante a partir del Salmo 50, 3-4.5-6.12-13.14 y 17

El Salmo de las lecturas que la Iglesia nos propone cada día siempre nos ofrece el sentido global y más importante del mensaje que se nos quiere transmitir. En este miércoles de ceniza, con el Salmo 50, repetiremos hasta cinco veces: “Misericordia, Señor; hemos pecado”.

Ante todo destacamos que el Salmo 50 ofrece dos dimensiones o dos caras de una misma moneda: un sentido comunitario de perdón (todo el pueblo de Dios se reúne para pedir perdón), y un sentido más personal (cada cristiano pide perdón a Dios).

Recordemos que los salmos son, esencialmente, verdaderas oraciones. Plegarias de hombres y mujeres, y de un pueblo entero, que desean recono- cer a Dios, el Dios Vivo, como el centro de su historia y de sus vidas. Un salmo, cuando le hacemos de verdad nuestro, es, además, la prueba de que deseamos volver al amor primero, al Dios que nos ha creado, nos sustenta y al que volveremos definitivamente.

Dios perdona y olvida siempre. El Creador puede recrearnos con su Espíritu. Que es posible renacer de nuevo, que no le asustan nuestros pecados por


MEDITACION:

¿QUÉ ME DICE EL SEÑOR EN EL TEXTO?

muy grandes que fueren. Le asusta la insensatez y la desconfianza de no dejarse perdonar.

La verdadera señal de estar sinceramente arrepentidos de una vida de pecado, como creyentes y como pueblo, es reconocer nuestros pecados y tener “un corazón quebrantado de dolor”. Que las lágrimas lo sean en el corazón y no sólo en los ojos.

Por tanto, el arrepentimiento y el pedir el perdón se deben traducir en buenas obras, en conversión de vida en las pequeñas y grandes cosas que hacemos. Somos responsables de que no crezcamos como Dios quiere, en santidad personal de vida y en santidad de vida comunitaria. La autenticidad y fecundidad de nuestro ser cristianos se mide por la santidad de vida y por la coherencia de nuestros actos.


ORACIÓN:

¿QUÉ LE RESPONDO AL SEÑOR? ¿QUÉ ME HABLA EN EL TEXTO?

Es necesario hacer de este Salmo 50 una oración, sincera y sentida, de forma personal y comunitaria. Siempre los santos nos llevan la delantera y nos ense- ñan cómo orar. Oremos el Salmo como esa plegaria atribuida a la madre Teresa de Calcuta:

“Si nadie te ama, mi alegría es amarte.

Si lloras, estoy deseando consolarte.

Si eres débil, te daré mi fuerza y mi energía. Si nadie te necesita, yo te busco.

Si eres inútil, yo no puedo prescindir de ti. Si estás vacío, mi llenura te colmará.

Si tienes miedo, te llevo sobre mis espaldas. Si quieres caminar, iré contigo.

Si me llamas, vengo siempre.

Si te pierdes, no duermo hasta encontrarte. Si estás cansado, soy tu descanso.

Si pecas, soy tu perdón.

Si tienes hambre, soy pan de vida para ti.

Si quieres conversar, yo te escucho siempre. Si estás en prisión, te voy a liberar.

Si estás excluido, yo soy tu aliado.

Si no tienes a nadie, me tienes a Mí”.

Ante tanta generosidad y misericordia, abrumado y agradecido, sólo me resta decirte con el Salmo: “Gracias, Señor, por tu gran misericordia para con este pecador... Gracias por devolverme la alegría y la paz del corazón”.

  

 CONTEMPLACION:

¿CÓMO HAGO VIDA Y COMPROMISO LAS ENSEÑANZAS DEL TEXTO?

 El Salmo 50 puede considerarse como el himno de toda la Cuaresma. Ojalá lo llevemos grabado a fuego en corazón y en la memoria para repetirlo una y otra vez en las diferentes circunstancias de nuestra vida.

Lo más importante es aprovecharnos de la gracia del sacramento de la reconciliación y de la penitencia para que el Espíritu nos perdone y poda- mos recomenzar una nueva vida, con nuevas y santas actitudes.

En resumen, hacer vida y compromiso el salmo 50, es reconocernos peca- dores – personal y comunitariamente -, acercarnos al sacramento que nos perdona y sana, y traducir en buenas obras cotidianas los frutos del sacra- mento.


DESDE EL SALMO 50,

¿CÓMO ORAR CON EL CONJUNTO DE LAS LECTURAS DEL MIÉRCOLES DE CENIZA?

 En sintonía con la antífona del Salmo 50, “Misericordia, señor; hemos pecado”, nos unimos al profeta Joel, en la primera lectura, para escu- char la voz del Señor que nos urge “a convertirnos de todo corazón”, con obras sinceras de ayuno, oración y limosna.

Con la segunda lectura de la carta a los Corintios, en el mismo espíritu del Salmo 50, te pedimos, con la humildad de criaturas que se saben en manos del alfarero, “que nos dejemos remodelar por tu Espíritu, Señor; que nos dejemos reconciliar contigo”.

En el Evangelio, según san Mateo, y complementando el Salmo 50, el Señor nos enseña cuáles son las pruebas o manifestaciones de un verdadero camino de conversión. Oramos con el evangelista: “Enséña- nos, Señor, a hacer limosna sin llamar la atención, custodiando la digni- dad de los más necesitados. Enséñanos, Señor, a orar en todas las circunstancias de la vida, en una presencia tuya continuada, y en oración comunitaria y de intimidad personal de alcoba contigo. Amén”.

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 PARA PROFUNDIZAR DESDE LA ASAMBLEA ECLESIAL Y EL SÍNODO DE LA SINODALIDAD: JÓVENES, PROTAGONISTAS DEL CAMBIO

   Los jóvenes afirmaron en la Asamblea que los cambios culturales que se están dando en nuestra sociedad los llaman a estar atentos a los signos de los tiempos para no perder el sentido de Dios, ser discípulos misio- neros y dar vida a sus comunidades (Texto de reflexiones Asamblea Eclesial, No 105).

Mientras que en la primera fase de la XVI Asamblea ordinaria del Sínodo de los obispos, en octubre de 2023, ha aparecido también la necesidad de que la cultura sinodal se convierta en más intergeneracio- nal, con espacios que permitan a los jóvenes hablar libremente con sus familias, con sus contemporáneos y con sus pastores, también a través de los canales digitales ( Informe de Síntesis, Cap. 1).

Por ello, reflexionar y confrontar la propia realidad que viven los jóvenes con el Evangelio, para fortalecer el espíritu a fin de ser consciente de la propia fragilidad y de reconocer la necesidad que se tiene de Dios, para mostrar su misericordia y solidaridad a los demás actuando con bondad en el entorno familiar, parroquial y profesional.

Los responsables de Pastoral deben comprometerse a que las reflexio- nes y actividades propuestas, sean trabajadas los días previos al MIÉR- COLES DE CENIZA en una meditación y acción previa.

              

COMPROMISO

Las prácticas exteriores de penitencia no tienen valor a no ser que nuestra actitud interior corresponda a nuestra práctica exterior ayudando al próji- mo, orando y haciendo ayuno o penitencia.

VER:

Los jóvenes son valiosos y siempre tienen algo que aportar, Dios los creó con un propósito ¿Crees que es cierto? ¿Cómo crees que te ve Dios? ¿Cómo te ves tú a ti mismo?

¿Cuál crees que es el propósito para el cual te creó Dios?

JUZGAR

Se percibe la necesidad de una mayor creatividad en la institución de minis- terios en base a las exigencias de las Iglesias locales, con una particular implicación de los jóvenes (Informe Síntesis, Cap. 8).

¿Cómo involucrar más a los jóvenes en el quehacer de la Iglesia? ¿Cómo dialogar con el mundo sin señalar ni prejuzgar para que nuestra Iglesia quepan todos, todos, todos?

ACTUAR

Elige una obra de misericordia y haz el compromiso de realizarla, comparte tu evidencia grupos de WhatsApp o en tus redes sociales a fin de que otras personas se motiven a imitarte, a pesar de que el Evangelio de este día te invita a hacer limosna, de manera callada, sin llamar la atención, sin tocar la trompeta. De ahí que la creatividad para mostrar en un video o en una foto una obra de misericordia que invite a otros ha hacer lo mismo, porque una imagen vale más que mil palabras.

Dar de comer al hambriento: recoger entre amigos alimentos de la canasta básica y entregarla a una familia de escasos recursos o llevarla a un hogar de niños huérfanos o asilo de ancianos.

Dar de beber al sediento.

Vestir al desnudo, ropa en buen estado y que no uses puede donarla a alguna familia de escasos recursos.

Visitar a un enfermo postrado en cama. Si tienes algún familiar enfermo o vecino, regálale un poco de tu tiempo para conversar con él.

Enterrar a los muertos. Ofrecer un rosario con los amigos por las benditas ánimas del purgatorio frente al Santísimo Sacramento.

 

PETICIONES:

• Por los jóvenes de nuestros países que han caído en la delincuencia, las adicciones, el sicariato y tantos otros peligros, para que podamos recu- perar a nuestra juventud .

• Por la eliminación de la trata de personas que afecta especialmente a tantas jóvenes mujeres de nuestra región.

• Por tantos migrantes de nuestros países, para que encuentren acogida, respeto a su dignidad y opciones para rehacer sus vidas.

• Por trabajo y seguridad ciudadana en nuestros países golpeados por el desempleo, el narcotráfico y la delincuencia.

• Por la paz en nuestra región y en el mundo. Pedimos a Dios se puedan eliminar todos los conflictos armados donde se afectan tantos niños,jó- venes y personas inocentes. La guerra es la derrota de la humanidad.

  


  SANTA MARÍA ANTONIA DE PAZ Y FIGUEROA

“MAMA ANTULA”

ARGENTINA, 1730- 1799 Canonización: 11 de febrero de 2024

María Antonia de Paz y Figueroa, conocida como María Antonia de San José o Mama Antula. Fue una laica consagrada que nació en la localidad de Villa Silípica, hoy Provincia de Santiago del Estero en el año 1730. Proclamada beata el 27 de agosto de 2016 en la ciudad de Santiago del Estero y su fiesta litúrgica es el 7 de marzo.

Oremos:

"Gracias Padre Dios por tu infinita bondad.

Gracias porque nos has regalado a María Antonia de San José para que, imitándola, lleve- mos a Jesús a todos los hermanos necesitados de la alegría de la salvación.

Te pedimos, Padre, que el ejemplo de Mama Antula, peregrina y misionera del Evangelio, nos anime a vivir las bienaventuranzas caminando juntos como Iglesia, sirviendo con gene- rosidad a todos, especialmente a los hermanos más pobres y a quienes más necesitan de tu infinita misericordia.

Por la intercesión de Mama Antula concédenos las gracias necesarias que sanen las heridas de nuestro cuerpo y alma, y nos anime en la fe, la esperanza y el amor para que como ella sepamos discernir tu voluntad y andar hasta donde Dios no es conocido y amado, junto a María, la Virgen de los Dolores.

Por Cristo Nuestro Señor. Amén,

Mama Antula, ruega por nosotros. Amén.

martes, 13 de febrero de 2024

#2169- Cuaresma 2024

 Preparándonos para comenzar la CUARESMA:

“Tiempo de conversión, tiempo de libertad, tiempo de comunión”

Reconstruyamos la Comunión

En todo camino siempre es importante detenerse para reflexionar, examinar y evaluar el camino recorrido. El tiempo litúrgico de Cuaresma nos regala la oportunidad de examinar nuestro camino personal, comunitario y diocesano. Muchas veces en nuestro caminar hay debilidades y heridas, errores y aciertos, luces y sombras. El Documento del Sínodo sobre la fase continental, nos dice al respecto: “caminar juntos como Pueblo de Dios requiere que reconozcamos la necesidad de una conversión continua, individual y comunitaria” (cf. 101).

A la luz de la Palabra de Dios, del proceso sinodal y de nuestra Etapa de la Comunión, reconocemos que la comunión eclesial muchas veces ha sufrido heridas, fragmentaciones, por nuestros pecados. Queremos ser una Iglesia en comunión con Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, de donde brota la comunión, y en comunión unos con otros. Una Iglesia que verdaderamente pueda decir: caminamos juntos. El Documento de Trabajo del Sínodo nos lo recuerda y nos invita a vivir un tiempo de conversión, con estas palabras: “una Iglesia sinodal desea ser humilde, sabe que debe pedir perdón y que tiene mucho que aprender.... [El] camino sinodal es necesariamente penitencial, reconociendo que no siempre hemos vivido la dimensión sinodal constitutiva de la comunidad eclesial. El rostro de la Iglesia muestra hoy los signos de graves crisis de confianza y credibilidad. En muchos contextos, las crisis relacionadas con abusos sexuales, económicos, de poder y de conciencia han empujado a la Iglesia a un exigente examen de conciencia «para que, bajo la acción del Espíritu Santo, no cese de renovarse» (LG 9), en un camino de arrepentimiento y conversión que abra caminos de reconciliación, sanación y justicia” (cf. IL 23).

Por lo tanto, acogemos este tiempo de Cuaresma, como un verdadero tiempo de conversión, tiempo de libertad y tiempo de comunión, como nos ha dicho el Papa Francisco en su mensaje cuaresmal. Queremos en esta Cuaresma pedirle al Espíritu Santo que nos ayude a reconstruir la comunión, recordando con el Concilio Vaticano II que la comunión “no se trata de un problema que resolver, sino de un don que cultivar: estamos ante el misterio inagotable y santo de Dios y debemos permanecer abiertos a sus sorpresas mientras peregrinamos hacia el Reino” (cf. Lumen Gentium, 8; IL Sínodo, 29). Si abrimos nuestro corazón a una verdadera CONVERSIÓN, viviremos en la gloriosa LIBERTAD de los hijos de Dios y podremos reconstruir y vivir la COMUNIÓN.


Catequesis de las cenizas:

Lascenizassonunsignodequesomosiguales:pecadores, frágiles y vulnerables. El mismo debe durar y ser para mi persona, como dice el Evangelio: “Tengan cuidado de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos” (Mt 6, 1). Por lo que, la liturgia recomienda que el ministro imponga las cenizas sobre los fieles, es decir, sobre su cabeza (cf. Misal Romano).


V. Conviértete, y cree en el Evangelio. 

R. Quiero vivir en comunión.

lunes, 12 de febrero de 2024

#2168- Auméntanos la fe

 Carta del apóstol Santiago

“Hermanos míos, teneos por muy dichosos cuando os veáis asediados por toda clase de pruebas. Sabed que, al ponerse a prueba vuestra fe, os dará constancia. Y si la constancia llega hasta el final, seréis perfectos e íntegros, sin falta alguna. En caso de que alguno de vosotros se vea falto de sabiduría, que se la pida a Dios. Dios da generosamente y sin echar en cara, y él se la dará. Pero tiene que pedir con fe, sin titubear lo más mínimo, porque quien titubea se parece al oleaje del mar sacudido y agitado por el viento. Un individuo así no se piense que va a recibir nada del Señor; no sabe lo que quiere y no sigue rumbo fijo.”

(Pidamos al Señor que aumente nuestra fe)

Buen día a todos

domingo, 11 de febrero de 2024

#2167- Jornada Mundial del enfermo

 MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO

PARA LA XXXII JORNADA MUNDIAL DEL ENFERMO

11 de febrero de 2024

«No conviene que el hombre esté solo».
Cuidar al enfermo cuidando las relaciones

 

«No conviene que el hombre esté solo» (Gn 2,18). Desde el principio, Dios, que es amor, creó el ser humano para la comunión, inscribiendo en su ser la dimensión relacional.Así, nuestra vida, modelada a imagen de la Trinidad, está llamada a realizarse plenamente en el dinamismo de las relaciones, de la amistad y del amor mutuo. Hemos sido creados para estar juntos, no solos. Y es precisamente porque este proyecto de comunión está inscrito en lo más profundo del corazón humano, que la experiencia del abandono y de la soledad nos asusta, es dolorosa e, incluso, inhumana. Y lo es aún más en tiempos de fragilidad, incertidumbre e inseguridad, provocadas, muchas veces, por la aparición de alguna enfermedad grave.

Pienso, por ejemplo, en cuantos estuvieron terriblemente solos durante la pandemia de Covid-19; en los pacientes que no podía recibir visitas, pero también en los enfermeros, médicos y personal de apoyo, sobrecargados de trabajo y encerrados en las salas de aislamiento. Y obviamente no olvidemos a quienes debieron afrontar solos la hora de la muerte, solo asistidos por el personal sanitario, pero lejos de sus propias familias.

Al mismo tiempo, me uno con dolor a la condición de sufrimiento y soledad de quienes, a causa de la guerra y sus trágicas consecuencias, se encuentran sin apoyo y sin asistencia. La guerra es la más terrible de las enfermedades sociales y son las personas más frágiles las que pagan el precio más alto.

Sin embargo, es necesario subrayar que, también en los países que gozan de paz y cuentan con mayores recursos, el tiempo de la vejez y de la enfermedad se vive a menudo en la soledad y, a veces, incluso en el abandono. Esta triste realidad es consecuencia sobre todo de la cultura del individualismo, que exalta el rendimiento a toda costa y cultiva el mito de la eficiencia, volviéndose indiferente e incluso despiadada cuando las personas ya no tienen la fuerza necesaria para seguir ese ritmo. Se convierte entonces en una cultura del descarte, en la que «no se considera ya a las personas como un valor primario que hay que respetar y amparar, especialmente si son pobres o discapacitadas, si “todavía no son útiles” —como los no nacidos—, o si “ya no sirven” —como los ancianos—.» (Carta enc. Fratelli tutti, 18). Desgraciadamente, esta lógica también prevalece en determinadas opciones políticas, que no son capaces de poner en el centro la dignidad de la persona humana y sus necesidades, y no siempre favorecen las estrategias y los medios necesarios para garantizar el derecho fundamental a la salud y el acceso a los cuidados médicos a todo ser humano. Al mismo tiempo, el abandono de las personas frágiles y su soledad también se agravan por el hecho de reducir los cuidados únicamente a servicios de salud, sin que éstos vayan sabiamente acompañados por una “alianza terapéutica” entre médico, paciente y familiares.

Nos hace bien volver a escuchar esa palabra bíblica: ¡no conviene que el hombre esté solo! Dios la pronuncia al comienzo mismo de la creación y nos revela así el sentido profundo de su designio sobre la humanidad, pero, al mismo tiempo, también la herida mortal del pecado, que se introduce generando recelos, fracturas, divisiones y, por tanto, aislamiento. Esto afecta a la persona en todas sus relaciones; con Dios, consigo misma, con los demás y con la creación. Ese aislamiento nos hace perder el sentido de la existencia, nos roba la alegría del amor y nos hace experimentar una opresiva sensación de soledad en todas las etapas cruciales de la vida.

Hermanos y hermanas, el primer cuidado del que tenemos necesidad en la enfermedad es el de una cercanía llena de compasión y de ternura. Por eso, cuidar al enfermo significa, ante todo, cuidar sus relaciones, todas sus relaciones; con Dios, con los demás —familiares, amigos, personal sanitario—, con la creación y consigo mismo. ¿Es esto posible? Claro que es posible, y todos estamos llamados a comprometernos para que sea así. Fijémonos en la imagen del Buen Samaritano (cf. Lc 10, 25-37), en su capacidad para aminorar el paso y hacerse prójimo, en la actitud de ternura con que alivia las heridas del hermano que sufre.

Recordemos esta verdad central de nuestra vida, que hemos venido al mundo porque alguien nos ha acogido. Hemos sido hechos para el amor, estamos llamados a la comunión y a la fraternidad. Esta dimensión de nuestro ser nos sostiene de manera particular en tiempos de enfermedad y fragilidad, y es la primera terapia que debemos adoptar todos juntos para curar las enfermedades de la sociedad en la que vivimos.

A ustedes que padecen una enfermedad, temporal o crónica, me gustaría decirles: ¡no se avergüencen de su deseo de cercanía y ternura! No lo oculten y no piensen nunca que son una carga para los demás. La condición de los enfermos nos invita a todos a frenar los ritmos exasperados en los que estamos inmersos y a redescubrirnos a nosotros mismos.

En este cambio de época en el que vivimos, nosotros los cristianos estamos especialmente llamados a hacer nuestra la mirada compasiva de Jesús. Cuidemos a quienes sufren y están solos, e incluso marginados y descartados. Con el amor recíproco que Cristo Señor nos da en la oración, sobre todo en la Eucaristía, sanemos las heridas de la soledad y del aislamiento. Cooperemos así a contrarrestar la cultura del individualismo, de la indiferencia, del descarte, y hagamos crecer la cultura de la ternura y de la compasión.

Los enfermos, los frágiles, los pobres están en el corazón de la Iglesia y deben estar también en el centro de nuestra atención humana y solicitud pastoral. No olvidemos esto. Y encomendémonos a María Santísima, Salud de los Enfermos, para que interceda por nosotros y nos ayude a ser artífices de cercanía y de relaciones fraternas.

Roma, San Juan de Letrán, 10 de enero de 2024

Francisco

sábado, 10 de febrero de 2024

#2166- Delen ustedes de comer

 “…pronunció la acción de gracias, los partió y los fue dando a sus discípulos para que los sirvieran…”


(En cada Eucaristía, Jesús,  en la persona del sacerdote, repite este milagro. Luego, por medio de los ministros lo reparte al pueblo.

Pero no se queda todo ahí. Como discipulos misioneros nos envía a los que no pudieron venir, al menos a llevarle el pan de la Palabra.

Saciados del Pan de Vida llevemos la Buena Nueva al mundo).

viernes, 9 de febrero de 2024

#2165- Effetá

 “Y al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y hablaba sin dificultad.”

(Pidamos hoy al Espíritu Santo que nos haga escuchar  la Palabra del Padre y, haciéndola vida en nosotros, nuestros labios la anuncien a todos los que encontremos en nuestro camino.)

miércoles, 7 de febrero de 2024

#2163- Síntesis sínodo 3

 Síntesis de la primera sesión del sinodo

3. Entrar en una comunidad de fe: la iniciación cristiana 

Cuestiones que afrontar

g) El sacramento del Bautismo no puede ser comprendido de modo aislado, fuera de la lógica de la iniciación cristiana, ni mucho menos de manera individualista. Es preciso, por tanto, ahondar ulteriormente en la comprensión de la sinodalidad que puede provenir de una visión más unitaria de la iniciación cristiana.

h) La maduración del sensus fidei requiere no solo haber recibido el bautismo, sino también desarrollar la gracia del sacramento en una vida de auténtico discipulado, que habilite a discernir la acción del Espíritu de lo que es pensamiento dominante, fruto de condicionamientos culturales o, en cualquier caso, sin coherencia con el Evangelio. Se trata de un tema para profundizar desde una adecuada reflexión teológica.

i) La reflexión sobre la sinodalidad puede ofrecer aspectos de renovación para la comprensión de la Confirmación, con la que la gracia del Espíritu articula, en la armonía de Pentecostés, la variedad de los dones y carismas. A la luz de las diferentes experiencias eclesiales, hay que estudiar el modo de hacer más fructuosa la preparación y la celebración de este sacramento, de modo que despierte en todos los fieles la llamada a la edificación de la comunidad, a la misión en el mundo, y al testimonio de la fe.

j) Desde el perfil teológico-pastoral es importante la investigación sobre el modo en que la lógica

catecumenal puede iluminar otros itinerarios pastorales, como el de la preparación al matrimonio, o el acompañamiento a elecciones de compromiso profesional y social, o a la misma formación del ministerio ordenado, en el que toda la comunidad eclesial debe estar involucrada

Propuestas

k) Si la Eucaristía da forma a la sinodalidad, el primer paso que hay que dar es honrar su gracia con un estilo celebrativo a la altura del don y con auténtica fraternidad. La liturgia celebrada con autenticidad es la primera y fundamental escuela de discipulado y de fraternidad. Antes de cualquier iniciativa de formación, debemos dejar formarnos por su potente belleza y por la noble simplicidad de sus gestos.

l) Un segundo paso se refiere a la exigencia, mayoritariamente señalada, de hacer más accesible a los fieles el lenguaje litúrgico y más encarnado en las diferentes culturas. Sin poner en cuestión la continuidad con la tradición y la necesidad de la formación litúrgica, se solicita una reflexión sobre este tema y dar atribuciones de mayor responsabilidad a las Conferencias Episcopales, en la línea del motu proprio Magnum principium.

m) Un tercer paso consiste en el empeño pastoral de valorar todas las formas de oración comunitaria, sin limitarse a la celebración de la Misa. Otras expresiones de la oración litúrgica, como también las prácticas de la piedad popular, en las que se refleja el genio de las culturas locales, son elementos de gran importancia para favorecer la implicación de todos los fieles, para introducir gradualmente en el misterio cristiano y para acercar el encuentro con el Señor a quien tiene menos familiaridad con la Iglesia. Entre las formas de la piedad popular sobresale la devoción marianapor su capacidad de sostener y de nutrir la fe de muchos.

martes, 6 de febrero de 2024

#2162 - Instrumento de Dios

 Marcos 6, 53-56

"Este relato es catalogado como un sumario de la actividad misionera de Jesus. Asistimos con el a un escenario de vulnerabilidad humana no muy distinto al de nuestro entorno actual. Todo proceso de fe pasa del ver o admirar al palpar o experimentar, hasta llegar a testimoniar o encarnar. Aunque muchas personas buscan a Jesus para sanarse sin comprometerse, otras permanecen con él para convertirse en discípulos; quieren participar de esa experiencia sanadora de Jesus colaborando con su proyecto. Jesus se sabe instrumento de Dios y sabe de dónde le viene la fortaleza y la salud que comparte.  El papa Francisco nos llama siempre a la proximidad, a la compasión y a la ternura en contextos donde han ido ganando terreno la indiferencia e indolencia. Recordemos que Jesus, cuando entra en contacto con perdonas agobiadas por el mal, busca reconstruir su dignidad y reincorporarlas a la comunidad. ¿Hasta dónde, como Iglesia, nos hemos dejado conmover entrañablemente por las personas empobrecidas, excluidas y enfermas?

Del Diario Biblico Claretiano 2024

lunes, 5 de febrero de 2024

#2161- Síntesis sinodo 2

 Síntesis de la primera sesión del Sínodo 

2. Reunidos e invitados por la Trinidad

Cuestiones que afrontar

f) Para realizar una verdadera escucha de la voluntad el Padre, es necesario profundizar, desde el

aspecto teológico, los criterios del discernimiento eclesial, de modo que la referencia a la libertad y novedad del Espíritu esté oportunamente coordinada con el acontecimiento de Jesucristo, acaecido “una vez para siempre” (Heb 10,10)

g) Para esto, es fundamental promover visiones antropológicas y espirituales, capaces de integrar y no yuxtaponer las dimensiones intelectuales y la dimensión emotiva de la experiencia de la fe, superando todo reduccionismo y todo dualismo entre razón y sentimiento.

h) Es importante aclarar en qué modo la conversación en el Espíritu puede integrar las aportaciones del pensamiento teológico y de las ciencias humanas y sociales, también a la luz de otros modelos de discernimiento eclesial que se realizan siguiendo el proceso del “ver juzgar y actuar”, o articulando los momentos de “reconocer, interpretar, escoger”.


i) Hay que desarrollar la aportación que la lectio divina y las diferentes tradiciones espirituales, antiguas y recientes, pueden ofrecer a la práctica del discernimiento. Es oportuno valorar la pluralidad de formas y de estilos, de métodos y de criterios que el Espíritu Santo ha sugerido en el curso de los siglos y que forman parte del patrimonio espiritual de la Iglesia.


Propuestas

j) Se propone experimentar y adaptar la conversación en el Espíritu y otras formas de discernimiento en la vida de la Iglesia, valorando según las culturas y los contextos, la riqueza de las diversas tradiciones espirituales. Pueden facilitar tal práctica oportunas formas de acompañamiento, ayudando a descubrirles la lógica y a superar posibles resistencias.

k) Que cada Iglesia local se dote de personas idóneas y preparadas para facilitar los procedimientos de discernimiento eclesial.

1) Es importante que la práctica del discernimiento se aplique también en el ámbito pastoral, en un modo adecuado a los contextos, para iluminar lo concreto de la vida eclesial. Esta práctica permitirá conocer mejor los carismas presentes en la comunidad, confiar con sabiduría tareas y ministerios, proteger a la luz del espíritu los caminos pastorales, yendo más allá de la simple programación de actividades.

domingo, 4 de febrero de 2024

#2160- Cumplamos nuestro servicio

Lectura del libro de Job (7,1-4.6-7):

Habló Job, diciendo: «El hombre está en la tierra cumpliendo un servicio, sus días son los de un jornalero; Como el esclavo, suspira por la sombra, el jornalero, aguarda el salario…”

(Uno de los mandatos de Dios a Adan y Eva fue el de someter la tierra y cuidarla. Este podría ser parte del servicio del cual nos habla hoy Job. Papa Francisco lo expresa como el cuidado de la casa común.

Pero este servicio que debemos realizar incluye no sólo la naturaleza sino más que todo a el ser humano.

Por eso, preguntémonos hoy: ¿qué servicios hemos prestado en bien de nuestros hermanos necesitados? ¿Me he ganado en justicia el salario que el Señor tiene reservado para mi?

Pongámonos a trabajar de verdad por el Reino antes que se nos acabe esta vida.)

sábado, 3 de febrero de 2024

#2159- La ley del Amor

 Sal 118,9.10.11.12.13.14


R/. Enséñame, Señor, tus leyes


¿Cómo podrá un joven andar honestamente?

Cumpliendo tus palabras. R/.


Te busco de todo corazón,

no consientas que me desvíe

de tus mandamientos. R/.


En mi corazón escondo tus consignas,

así no pecaré contra ti. R/.


Bendito eres, Señor,

enséñame tus leyes. R/.


Mis labios van enumerando

los mandamientos de tu boca. R/.


Mi alegría es el camino de tus preceptos,

más que todas las riquezas. R/.

(No nos quedemos con la expresión literal de la ley, miremos sobre todo su espíritu como nos enseñó  Jesús y descubriremos la ley del Amor, que sobrepasa a todas.)

Feliz sábado a todos

viernes, 2 de febrero de 2024

#2158- Jornada mundial de vida consagrada

 Queridos hermanos y hermanas, celebramos hoy en la Iglesia la fiesta de la Presentación del Señor. María y José, fieles a la tradición de su pueblo, entran en el templo con su Hijo a los 40 días de su nacimiento. Del mismo modo, también nosotros, 40 días después de la Navidad, somos llevados y presentados por nuestra madre la Iglesia ante el Dios vivo y verdadero.

El lema de esta XXVIII Jornada Mundial de la Vida Consagrada «Aquí estoy, Señor, hágase tu voluntad» nos hace presente la urgente necesidad que tiene nuestro mundo de mostrar la fraternidad, la luz y la esperanza en el Dios vivo, vencedor ante todas las desesperanzas como un bálsamo en medio de tantas divisiones y de tanto dolor producido por las rupturas y las discordias. La fraternidad, la alegría, la confianza en Jesús resu- citado es medicina para la soledad, la tristeza y para cualquier sufrimiento. Es una invitación, a ponernos en camino, a ofrecer lo que somos y tenemos, para que se cumpla su voluntad.

Esta fiesta de hoy quiere recordarnos, como pueblo de Dios consagrado, que todos somos hermanos y que todos estamos convocados a la ayuda mutua, a caminar juntos, al apoyo recíproco sin desentendernos de nadie.

Que esta celebración, por la escucha de la Palabra de Dios y el sacramento de la eucaristía, que nos compromete a ser pan, partido y repartido como él, nos recuerde vivamente a todos la esencia de nuestra vocación consagrada: ser ofrenda generosa al Señor para nuestro mundo sufriente, esperanza que camina, con todas las periferias existenciales de nuestro mundo. «Aquí estoy, Señor, hágase tu voluntad».


ORACIÓN

Aquí estoy, Señor, hágase tu voluntad.

Se dice fácil, pero en las circunstancias concretas de la vida, no es tan sencillo y no siempre sabemos cuál es tu voluntad. Con tu gracia, nos abandonamos en tus brazos con absoluta confianza y te decimos:

«No se haga mi voluntad, sino la tuya» (Lc 22,42).

¡Que se haga tu voluntad en mí, en nosotros!

Padre santo, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. ¡Que te bendigan, Señor, los que escuchan tus susurros, y se ponen en camino sin miedo a la noche fría o al calor! Que te bendigan, Señor, junto a los descartados de este mundo que apenas oyen tu voz, y recobran la esperanza de un «nosotros» fraterno.

Padre santo, como barro en tus manos, modela en cada uno de nosotros el deseo de servirte y anunciarte, de descubrir tu voluntad que nos recrea y transforma en vasijas nuevas, para reconfortar y humanizar, en tu Nombre, el mundo roto y convulso en el que vivimos y nos movemos. ¡Acrecienta en nosotros la pasión compartida, a la escucha de tu voz!

Te bendecimos, Señor, todos los que buscamos tu voluntad y ofrecemos nuestra pequeñez a tu servicio, al compromiso del bien común y a la artesanía de la justicia y la paz.

Que tu Espíritu nos transforme en signos de tu voluntad encarnada.

Aquí estoy, Señor, hágase tu voluntad.