Sal 50,3-4.12-13.18-19
R/. Un corazón quebrantado y humillado, tú, Dios mío, no lo desprecias
V/. Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado. R/.
V/. Oh, Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme.
No me arrojes lejos de tu rostro, no me quites tu santo espíritu. R/.
V/. Los sacrificios no te satisfacen: si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
El sacrificio agradable a Dios
es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado, tú, oh, Dios, tú no lo desprecias. R/.
(Sigamos en esta Cuaresma restableciendo nuestro corazón para gozarnos la Pascua del Señor con un corazón puro y lleno de su Amor)
Buen día a todos
No hay comentarios.:
Publicar un comentario