“En la noche siguiente se le apareció el Señor a Pablo y le dijo: “Ten ánimo, Pablo; porque así como en Jerusalén has dado testimonio de mí, así también tendrás que darlo en Roma”.
Nuestro testimonio ha de darse siempre, no importa donde estemos o a donde vayamos. Tenemos que ser cristianos todo el tiempo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario