“Pablo dijo a los presbíteros de la comunidad cristiana de Éfeso: “Miren por ustedes mismos y por todo el rebaño, del que los constituyó pastores el Espíritu Santo, para apacentar a la Iglesia que Dios adquirió con la sangre de su Hijo.
Yo sé que después de mi partida, se introducirán entre ustedes lobos rapaces, que no tendrán piedad del rebaño y sé que, de entre ustedes mismos, surgirán hombres que predicarán doctrinas perversas y arrastrarán a los fieles detrás de sí.”
Oremos insistentemente por nuestros sacerdotes para que sean ejemplo de unidad y amor, como Cristo.
Y oremos para que Jesús expulse los demonios que dividen nuestras comunidades parroquiales y nuestra Iglesia.
Oremos para que el Señor expulse también a nuestros propios demonios y podamos compartir como verdaderos hermanos.
Buen día a todos
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