Ha llegado la hora de emprender una
nueva evangelización
34. [las] naciones del llamado Primer
Mundo , en el que el bienestar económico y el consumismo- si bien entremezclado
con espantosas situaciones de pobreza y miseria- inspiran y sostienen una
existencia vivida «como si no hubiera Dios»… el indiferentismo religioso y la
total irrelevancia practica de Dios para resolver los problemas, incluso graves,
de la vida, no son menos preocupantes y desoladores que el ateísmo declarado…
la fe cristiana – aunque sobrevive en algunas manifestaciones tradicionales y
ceremoniales – tiende a ser arrancada de cuajo de los momentos más
significativos de la existencia humana, como son los momentos del nacer, del
sufrir y del morir.
… en otras regiones o naciones todavía
se conservan muy vivas las tradiciones de piedad y religiosidad popular
cristiana; pero este patrimonio moral y espiritual corre hoy el riego de ser desperdigado
bajo el impacto de múltiples procesos, entre los que destacan la secularización
y la difusión de las sectas. Sólo una nueva evangelización puede asegurar el
crecimiento de una fe límpida y profunda, capaz de hacer de estas tradiciones
una fuerza de auténtica libertad.
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