jueves, 29 de julio de 2021

#1269 - La conciencia 4

 “Teología moral fundamental”

José Román Flecha Andrés

1994

Capitulo IX: El papel de la conciencia en el juicio moral

I.3 La formación de la conciencia

“También a la formación de la conciencia se refiere el Catecismo de la Iglesia Católica, calificándola como «indispensable a seres humanos sometidos a influencias negativas y tentados por el pecado a preferir su propio juicio y a rechazar las enseñanzas autorizadas» (1783).”

“Esa misma gradualidad y perfectibilidad de la conciencia moral exige un conocimiento de las etapas morales por las que atraviesa la persona humana: es decir, los pasos que van dando tanto el niño como las culturas hasta alcanzar una conciencia seria y responsable.”

“… esquema de los tres niveles de formación de la conciencia moral…

-    El nivel preconvencional. En el responde el niño a las normas y valoraciones culturales del bien y el mal, pero las interpreta o bien por las consecuencias inmediatas de premio o castigo, de placer y de disgusto, o bien por una especie de instinto de reciprocidad y de defensa ante el poder físico del que impone la norma. La conciencia, por tanto, se sitúa en el terreno de la anomia: no depende de una norma, sino de un resultado objetivo y casi mágico, y de un interés. Educar la conciencia supone ir abandonando lentamente esta etapa en la que el mal y el bien se colocan en el campo de lo maléfico o lo benéfico: de lo utilitario, al fin.”

 

-    “El nivel convencional. En el él sujeto considera valioso responder a las expectativas de la familia o del grupo social, con independencia de las consecuencias obvias e inmediatas. A veces se pretende conseguir o conservar la imagen de persona aceptada por el grupo, sea este la familia o la pandilla. Y, a veces, el individuo se orienta en conformidad con unas normas fijas y con vistas al mantenimiento de una orden social que para el tiene un valor en si mismo. La conciencia moral es ahora más bien heterónoma o sociónoma. Busca menos la utilidad inmediata que el mantenimiento de unos estereotipos abstractos del bien. Educar la conciencia requiere ahora un esfuerzo por personalizar los valores y por reforzar el valor de la intención que aquí comienza a aparecer tímidamente. El niño, en efecto, es capaz de distinguir el mal objetivo que ha realizado de la intención que le movía a actuar.”

 

-    “El nivel posconvencional. Durante el se desarrolla en el sujeto, ya en su etapa adolescente o juvenil, un notorio esfuerzo por definir unos valores y unos principios morales validos y aplicables, con independencia de la autoridad de los grupos o personas que los apoyan. Predomina, en principio, una etapa bastante relativista, en la que se apela al contrato social, al consenso ciudadano preocupado por los derechos de la persona, para ir desembocando en una etapa en la que ya se actúa en virtud de unos principios elegidos personalmente y caracterizados por su coherencia lógica, su universalidad y su solidez… Educar la conciencia significa ahora orientar al hombre hacia esa zona de responsabilidad en la que habrá de actuar con independencia de la ventaja o el desmedro, de la crítica o el aplauso.”   

 

-    Habría que añadir, en efecto, que no siempre la edad cronológica de las personas coincide con la edad ética de la maduración de su conciencia.”

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