Creo
en Dios Padre- creador del hombre
(CIC
355-384)
En Magdala, Israel, en la Capilla de
María Magdalena, se recuerda como Jesús reconoce en ella a la mujer nueva
frente a Él, el nuevo Adán.
Genesis 1,26; 2, 4-25 nos cuenta la
creación del hombre a “su imagen y semejanza”. Hombre (Ish) y hembra (Ishsha)
los creó.
En hebreo Varón y Varona. Creado con la inteligencia racional
para que pudiese conocerlo y con voluntad para amarlo.
Dios nos creó con unos dones naturales
que son el cuerpo y el alma; unos dones preternaturales que
tienen que ver con las cualidades del cuerpo y del alma. En el Paraíso estos
dones nos eximían del dolor y el sufrimiento (impasibilidad); nos
hacían íntegros o equilibrados en nuestras pasiones y libres de
la concupiscencia o tendencia al mal; nos daban el conocimiento de Dios y sus
verdades (ciencia) y el don de la inmortalidad. Existe
un tercer don, el don de la inmortalidad que son la gracia
santificante y las virtudes de Dios.
La dignidad del ser o género humano
es la fuente de todos sus derechos y tiene un valor infinito. Esta dignidad
incluye el cuido de su cuerpo y su alma inmortal. El cuido del alma es, como
dice Benedicto XVI, la misión de la Iglesia para que gocemos de Dios en la
eternidad.
Todos nacemos de un hombre y de una
mujer.
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