domingo, 6 de junio de 2021

#1217- Corpus Christi

 Cuando participamos de este gran misterio, del Cuerpo y la Sangre de Cristo, sólo la fe en Jesús, quien en la última cena nos los dejó para siempre, puede acercarnos a el mismo.


Un antiquísimo poema anónimo expresa esta fe incondicional en el Señor:


No me mueve, mi Dios, para quererte
(Anónimo)

No me mueve, mi Dios, para quererte 
el cielo que me tienes prometido, 
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.


Tú me mueves, Señor, muéveme el verte 
clavado en una cruz y escarnecido, 
muéveme ver tu cuerpo tan herido, 
muéveme tus afrentas y tu muerte.


Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera, 
que aunque no hubiera cielo, yo te amara, 
y aunque no hubiera infierno, te temiera.


No me tienes que dar porque te quiera, 
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.
 

No hay comentarios.: