El Papa Emérito, Benedicto XVI, en su Exhortación Apostólica Postsinodal, "Verbum Domini" (La Palabra del Señor), de 2010, nos adentra en este gran misterio de nuestra fe.
Palabra de
Dios y Eucaristía
54… la íntima unidad entre Palabra y Eucaristía está arraigada en
el testimonio bíblico (cf. Jn 6; Lc 24), confirmada por los padres de la
iglesia y reafirmada por el Concilio Vaticano II… En efecto, el discurso sobre
el pan se refiere al don de Dios que Moisés obtuvo para su pueblo con el maná
en el desierto y que, en realidad, es la Torá, la Palabra de Dios que da vida
(cf. Sal 119; Pr 9,5). Jesús lleva a cumplimiento en si mismo la antigua figura:
«El pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo… Yo soy el pan de
vida» (Jn 6, 33-35). Aquí, «la Ley se ha hecho Persona» … El prólogo de Juan se
profundiza en el discurso de Cafarnaúm: si en el primero el Logos de Dios se
hace carne, en el segundo es «pan» para la vida del mundo (cf. Jn 6,51) … De
este modo, en el misterio de la Eucaristía se muestra cual es el
verdadero maná, el auténtico pan del cielo: es el Logos de
Dios que se ha hecho carne, que se ha entregado a si mismo por nosotros en el
misterio pascual… El relato de Lucas sobre los discípulos de Emaús nos permite
una reflexión ulterior sobre la unión entre la escucha de la Palabra y el
partir el pan (cf. Lc 24, 13-35) … La presencia de Jesús, primero con las
palabras y después con el gesto de partir el pan, hizo posible que los
discípulos lo reconocieran.
55… «la Palabra de Dios leída y anunciada por la Iglesia en la liturgia
conduce, por decirlo así, al sacrificio de la alianza y al banquete de la
gracia, es decir, a la Eucaristía, como a su fin propio» … la Palabra de Dios se hace
sacramentalmente carne en el acontecimiento eucarístico… En efecto, sin el
reconocimiento de la presencia real del Señor en la Eucaristía, la comprensión
de la Escritura queda incompleta.
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