Amoris Laetitia 38
Dialogo
136. El diálogo es una forma
privilegiada e indispensable de vivir, expresar y madurar el amor en la vida
matrimonial y familiar. Pero supone un largo y esforzado aprendizaje. Varones u
mujeres, adultos y jóvenes, tienen maneras distintas de comunicarse, usan un
lenguaje diferente, se mueven con otros códigos. El modo de preguntar, la forma
de responder, el tono utilizado, el momento y muchos factores más, pueden
condicionar la comunicación…siempre es necesario desarrollar algunas actitudes
que son expresión de amor y hacen posible el diálogo autentico.
137. Darse tiempo, tiempo de calidad,
que consiste en escuchar con paciencia y atención, hasta que el otro haya
expresado todo lo que necesitaba…Esto implica hacer un silencio interior para
escuchar sin ruidos en el corazón o en la mente: despojarse de toda prisa,
dejar a un lado las propias necesidades y urgencias, hacer espacio...Tiene que
sentir que se ha percibido su pena, su desilusión, su miedo, su ira, su
esperanza, su sueño. Pero son frecuentes lamentos como estos: «No me escucha.
Cuando parece que lo está haciendo, en realidad está pensando en otra cosa».
«Hablo y siento que está esperando que termine de una vez» «Cuando hablo
intento cambiar el tema, o me da respuestas rápidas para cerrar la
conversación».
138. Desarrollar el hábito de dar
importancia real al otro…Nunca hay que restarle importancia a lo que diga o
reclame…Para ello hay que tratar de ponerse en su lugar e interpretar el fondo
de su corazón, detectar lo que le apasiona, y tomar esa pasión como punto de
partida…
139. Amplitud mental, para no encerrarse
con obsesión en unas pocas ideas, y flexibilidad para poder modificar o
completar las propias opiniones…La unidad a la que hay que aspirar no es
uniformidad, sino una «unidad en la diversidad», o una «diversidad
reconciliada»…se necesita astucia para advertir a tiempo las «interferencias»
que puedan aparecer…Es importante la capacidad de expresar lo que uno siente sin
lastimar…aunque el contenido sea exigente, plantear los propios reclamos pero
sin descargar la ira como forma de venganza, y evitar un lenguaje moralizante…A
veces se trata de cosas pequeñas, poco trascendentales, pero lo que altera los
ánimos es el modo de decirlas o la actitud que se asume...
140. Tener gestos de preocupación por el
otro y demostraciones de afecto…Es muy importante fundar la propia seguridad en
opciones profundas, convicciones o valores, y no en ganar una discusión o en
que nos den la razón.
141…hay que tener algo que decir, y eso
requiere una riqueza interior que se alimenta en la lectura, la reflexión
personal, la oración y la apertura a la sociedad. De otro modo, las
conversaciones se vuelven aburridas e inconsistentes.
¿Cuánto
tiempo de calidad dedicas a tu pareja y/o a tus hijos?
¿Cómo
manejas las diferencias con tu pareja y/o hijos y, de que dialogan?
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