Muchas veces los católicos culpamos a Dios por todo lo que nos pasa.Cuando queremos hacer nuestra voluntad, no la de Dios, adormecemos nuestra conciencia, esa que puso Dios en cada ser humano, y manipulamos así el concepto de un Dios que es santo y Justo.
Pero es el mismo Dios que a través del escritor sagrado nos revela la verdad sobre nuestras infidelidades hacia Él. En Eclesiástico 15, 15-20 se nos dice lo siguiente: "Si quieres, guardarás los mandatos del Señor, porque es prudencia cumplir su voluntad; ante ti están puestos fuego y agua: elige lo que quieras; delante del hombre están muerte y vida: le darán lo que él escoja. Es inmensa la sabiduría del Señor, su poder es grande y todo lo ve; los ojos de Dios ven las acciones, él conoce todas las obras del hombre; a nadie mandó pecar ni enseño mentiras a los embusteros; no deja sin castigo a los mentirosos ni se apiada del que practica el fraude" .
como vemos el nos dio la libertad plena de decidir nuestro camino. Pero primero nos enseñó sus mandatos y los grabo en nuestro interior, en nuestra conciencia. Así que para cumplir Su voluntad solo tenemos que hacer caso a nuestra conciencia. San Pablo nos recordará que esa sabiduría de Dios nos la ha revelado el Espíritu Santo. Por eso, cuando Jesús proclamó la Buena Nueva del Reino de Dios siendo obediente a la voluntad del Padre, pudo cumplir plenamente su misión en la tierra: sin cometer ningún pecado y guiado siempre por la Ley del Amor Misericordioso de Dios.
La Verdad y la fuerza de Dios están en tu interior. Hazle caso a esa voz y estarás seguro de escoger agua y vida.
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