El católico debe ser respetuoso, no solo de las ideas de las demás personas, sino también de sus momentos y espacios.
Porque es preciso ver cómo en nuestra Iglesia casi siempre hay alguien que, mientras se efectúa la actividad, está distraído hablando con otra persona, leyendo algo, o metido en su celular. !Cuán difícil se nos hace prestar atención a quien está dirigiendo, hablando, orando o celebrando la liturgia! Olvidamos muchas veces las normas básicas de conducta cuando se asiste a un actividad de la Iglesia. Y esto es no respetar a quienes si quieren beneficiarse y participar de lo que se está llevando a cabo.
En primer lugar, parece que no nos preparamos adecuadamente para asistir a dichas actividades. Tomemos conciencia de que cada actividad que celebra la Iglesia debe realizarse lo más efectivamente posible en términos de participación, formación y tiempo. Así que, si nuestra mente y nuestro interés están en otro lugar es mejor atender lo inmediato que nos preocupa y dejar a los verdaderamente interesados llevar a cabo su actividad.
La Celebración Eucarística es sin duda un momento de encuentro de la comunidad parroquial cada domingo. Pero no es en el interior del templo donde debemos distraer a otros con nuestros saludos o comentarios. Y ni se diga de los celulares sonando. Para todo esto hay espacios externos disponibles y que son los mas adecuados.
El Señor nos necesita bien concentrados y dispuestos en aquellas actividades a las cuales nos llama. Dale tu tiempo de calidad y prepárate bien para cada actividad y así la Iglesia caminara más ordenada y más aprisa.
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