Para un católico debe ser obligada la comunicación constante con su Dios, desde que se levanta hasta que se va a dormir. Y si no conoce o no hace la Liturgia de las Horas (Laudes, Intermedia, Vísperas y Completas), puede acudir a la oración del pueblo de Dios, Los Salmos.
He aquí varios versículos de salmos que podemos utilizar y hasta memorizar por su sencillez:
Salmo 142, 8-10
Hazme sentir tu amor cada mañana, que yo confio en ti;
indícame el camino a seguir., porque a ti dirijo mi oración.
Líbrame de mis enemigos, Señor, que me refugio en ti;
enséñame a cumplir tu voluntad, pues tu eres mi Dios;
que tu buen espíritu me conduzca por el camino recto.
Salmo 62, 2-6
!Oh Dios, tu eres mi Dios, desde el amanecer te deseo,
estoy sediento de ti, a ti te anhelo
en una tierra sedienta, reseca, sin agua.
Quisiera contemplarte en tu templo, ver tu poder y tu gloria.
Tu amor vale mas que la vida, te alabaran mis labios;
te bendeciré mientras viva, hacia a ti levanto mis manos.
Me saciaré como en un banquete espléndido,
y mi boca te alabara con alegria.
Salmo 62, 7-9
En mi lecho me acuerdo de ti, en ti medito durante la noche,
porque tu has sido mi ayuda,
y a la sombra de tus alas grito alegremente.
Estoy unido a ti, tu brazo me sostiene.
Claro que la mejor oración es la que manifestamos constantemente obrando con amor en todo momento, ofreciéndole al Señor todas las alegrias y tambien las penas.
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