jueves, 31 de enero de 2019

#535 - Ser católico es

Para el católico, la celebración litúrgica eucarística debiera tener el más profundo respeto a lo que la Iglesia ha establecido en el Ordinario de la Misa. Todo está formulado para la más completa participación de los participantes en ese encuentro con Cristo que se ofrece como alimento.

Es sin embargo patente, las veces que esta liturgia se descentra de su origen y de su riqueza para el espíritu cuando se añaden o se quitan elementos que le son verdaderamente propios. A este respecto Joseph Ratzinger, hoy Papa Emérito Benedicto XVI, siendo Prefecto de la Doctrina de la Fe decía en uno de sus muchos pronunciamientos sobre la liturgia: "A través de la liturgia, el lenguaje de la Madre (Iglesia) se vuelve nuestro; aprendemos a discurrir en ella y con ella, de modo que sus palabras se vuelvan poco a poco y en nuestros labios nuestras palabras: el don proveniente de la palabra, que surge de su plurimilenario diálogo de amor con quien quiso hacerse con ella una sola carne". Más adelante añade: "Si no nos damos cuenta de que en la Iglesia está Cristo que vive entre nosotros, no puede existir verdadera liturgia". .."La atención se dirige cada vez menos a Dios y cada vez es más importante lo que hacen las personas que en el se encuentran y no quieren someterse a un esquema predispuesto"..."Hablando de la participación activa en la liturgia...a veces degenera en espectáculo".

Tengamos pues cuidado en preparar como manda la Iglesia nuestras liturgias haciendo que, a través de lo que hagamos, ya sea como lectores, en un ministerio de música o en cualquier otro servicio dentro de la celebración, transmitamos a todos la presencia de Cristo vivo, que se nos da y se queda con nosotros después de terminado todo.

Nota: Las citas fueron tomadas de "Benedicto XVI, El custodio de la fe, La autobiografía", Andrea Tornielli, 2005. Págs. 208, 210 y 211.

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