viernes, 18 de enero de 2019

#529 - Adoración eucarística

Para muchos católicos resulta a veces difícil diferenciar entre los diversos tipos de culto que se le dan a la Santísima Eucaristía, es decir a Cristo presente en cuerpo, alma y divinidad en el Pan Consagrado. Y aunque es el mismo Cristo que comulgamos, el culto de adoración que establece la Iglesia tanto en el Sagrario como en la Adoración del Santísimo tiene su significado particular.

Nos dice el "Ritual de los Sacramentos" en el número 4, Capítulo I, I.13. que "La más perfecta participación de la celebración eucarística es la comunión sacramental recibida dentro de la misa."

Y en el 4.II.5 nos señala que " El fin primero y primordial de la reserva (en el Sagrario) es la administración del Viático; los fines secundarios son la distribución de la comunión y la adoración de nuestro Señor Jesucristo presente en el sacramento".

El Catecismo de la Iglesia Católica no ilustra también al respecto.

1378      El  culto de la Eucaristía. En  la liturgia de la misa expresamos nuestra fe en la presencia real de Cristo bajo las especies de pan y de vino, entre otras manerasarrodillandonos o inclinando- nos  profundamente   en  señal  de  adoración  al  Senor.  "La Iglesia católica ha dado continua dando este culto de adoración que se debe al sacramento de la Eucaristía no solamente durante la misa, sino también fuera de su celebración: conservando con el mayor cuidado las hostias consagradas,  presentándolas  a los fieles para que las  veneren con solemnidad, llevándolas en procesión" (MF  56).

1379 El sagrario tabernáculo) estaba primeramente designado  a guardar dignamente la Eucaristía para que pudiera ser llevada los enfermos y ausentes fuera de la misa. Por la profundización de la fe en la presencia real de Cristo en su Eucaristíala Iglesia tomó conciencia   del sentido de la adoración  silenciosa del Señor presente bajo las  especies eucarísticas. Por esoel sagrario debe estar colocado en un lugar particularmente digno de la iglesia.

1380   Es grandemente  admirable que Cristo haya querido  hacerse presente en su Iglesia de esta singular manera.  Puesto que Cristo  iba  dejar  a los suyos bajo  su forma  visible,  quiso darnos   su presencia  sacramental; puesto que iba a ofrecerse en  la  cruz por  nuestra salvación, quiso que tuviéramos el memorial del amor con que nos había amado "hasta el fin" (Jn 13, 1), hasta  el don  de su vida. En efecto, en su Presencia eucarística permanece misteriosamente en medio  de nosotros como quien nos  amó se entregó por nosotros  y  se queda  bajo  los  signos que  expresan y  comunican  este amor:

La Iglesia el mundo tienen una gran necesidad de! culto eucarísticoJesús nos espera en este sacramento del amor. No escatimemos tiempo para ir a encontrarlo en ladoración, en la contemplación llena de fe y abierta a reparar las faltas graves y delitos de! mundo. No cese nunca nuestra adoración (Juan Pablo II, lit. Dominicae cenae,3).

Demos pues el culto a Dios como manda la Iglesia, sabiendo que ya sea ante el Sagrario o ante el Santísimo este encuentro personal con Jesús debe llevarnos a querer comulgarle.

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